jueves, 28 de febrero de 2019
The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot (2018)
Reseña: Con un título tan excéntrico, podría suponerse que The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot es una bizarra comedia de terror. Sin embargo, la realidad no podría ser más diferente. En lugar de eso, The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot es un parsimonioso drama sobre un hombre mayor que lleva una vida solitaria y profundamente melancólica, aunque el destino aún le tiene deparadas algunas lecciones. Definitivamente estamos ante una cinta mucho más profunda de lo que su título podría sugerir.
Los eventos a los cuales se hace referencia en el título (el asesinato de Hitler que el protagonista llevó a cabo cuando combatió en la Segunda Guerra Mundial y la cacería del mítico monstruo Bigfoot) ocupan relativamente poco tiempo, ya que el foco de la experiencia no pasa por ahí, sino en examinar a un personaje rico en matices y sustancia. La muerte de Hitler es esencial en la formación del carácter y código personal que el protagonista eventualmente desarrolló en su vida, pero la cacería de Bigfoot quizás sea lo que menos funciona en la película; no niego su utilidad en el tapiz narrativo, pero los momentos que giran en torno al protagonista adentrándose en el bosque para eliminarlo distraen un poco del metódico drama hábilmente cocinado por el director y guionista Robert D. Krzykowski.
El gran Sam Elliott brinda una actuación estupenda en el rol principal de Calvin, demostrando una tremenda capacidad expresiva. Tan solo con la mirada de Elliott, podemos sentir íntimamente el peso que han tenido en su vida las experiencias del protagonista, así como también su tristeza interna. En flashbacks, Aidan Turner interpreta a Calvin de joven, y también realiza un trabajo muy bueno, destacando particularmente en los momentos que comparte con una novia que tuvo en aquel entonces, interpretada por Caitlin Fitzgerald con adecuada dulzura; esa sub-trama está entre los elementos más emotivos de la experiencia.
Contrario a mis expectativas, The Man Who Killed Hitler and Then the Bigfoot resultó una experiencia conmovedora, con un auténtico impacto emocional que se logra con elegancia y sutileza. Esta es una cinta modesta, pero ahí radica una de sus principales virtudes, ya que se siente como una película "chica" que resuena de manera más intensa que otras realizadas con mucha mayor parafernalia. En resumen, la recomiendo con confianza, aunque advirtiendo que la cinta resulta totalmente distinta a lo que su título puede segurir; o quizás sea mejor no realizar dicha advertencia, para enfrentar la película esperando una cosa, para eventualmente llevarse la agradable sorpresa de encontrar algo diametralmente opuesto, pero aún así satisfactorio.
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