lunes, 18 de febrero de 2019
Post Mortem (2010)
Reseña: Post Mortem es una película ambientada en la época cuando se desencadenó la dictadura militar en Chile, pero ese punto no está remarcado de manera burda. Por el contrario, los co-guionistas Pablo Larraín (quien también dirigió la cinta) y Mateo Iribarren muestran la suficiente confianza en el espectador para no darle todo pre-digerido, sino para permitirle ir completando el rompecabezas con las herramientas que ofrece la narrativa. Eso hace que Post Mortem sea una película inteligente y satisfactoria para el espectador activo.
En su faceta de director, Larraín demuestra talento para transmitir mucho con poco. En las calles, se puede sentir fácilmente la sensación de paranoia y desamparo que transitaba Chile en aquella época. En lo que respecta al mundo del protagonista (un empleado de una morgue solitario que súbitamente descubre el amor cuando conoce a una bailarina), también está muy bien recreado, sumergiéndonos de lleno en su vida gris y apática. También me pareció un acierto no saber mucho sobre la vida previa de dicho personaje; eso lo vuelve más rico y enigmático, al mismo tiempo que se estimula la imaginación del espectador.
También merece mención la extaordinaria actuación de Alfredo Castro en el rol principal. Este intérprete logra una auténtica composición interna de su personaje, transformándose de lleno en él con sutileza y transmitiendo una amplia gama de emociones por debajo de su engañosamente inmutable superficie. A medida que voy viendo a Castro en más películas, más me voy convenciendo de que es uno de los mejores actores contemporáneos, aunque lamentablemente aún no ha podido alcanzar reconocimiento masivo.
Por el lado negativo de Post Mortem, tengo que hacer referencia al final. Originalmente, la conclusión me estaba pareciendo muy acertada, dándole un cierre contundente e inesperado a la experiencia. Sin embargo, dicho final se extiende más de lo necesario, cayendo en subrayados que la película había previamente sabido evitar. En otras palabras, siento que Post Mortem tendría que haber terminado dos minutos antes.
Aún así, Post Mortem me pareció una película bastante interesante, que logra tocar una abundancia de temas provocativos que no se presentan de manera explícita, sino que están en la periferia de lo que vemos en escena, y solo los espectadores atentos podrán reconocerlos y sacarles el jugo. En resumen, habiendo tantas cintas que menosprecian a la audiencia, es refrescante encontrar una que confía en su inteligencia y la hace partícipe directa.
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