viernes, 1 de febrero de 2019
Cous Cous, la Gran Cena (La Graine et le Mulet, 2007)
Reseña: Lo primero que llama la atención en Cous Cous, la Gran Cena es el hipnótico naturalismo logrado por el director Abdellatif Kechiche. Absolutamente todas las escenas de la películas están retratadas de manera tan genuina y realista, y los actores hacen un trabajo tan bueno en sus roles, que realmente parece que estamos siendo íntimos partícipes de las vidas cotidianas de los múltiples personajes que forman parte de esta cinta, la cual, en líneas generales, gira en torno a un hombre que acaba de perder su trabajo y desea poner en marcha un restaurante propio.
La extensa duración de Cous Cous, la Gran Cena (dos horas y media) se siente plenamente justificada, y no hay ni un momento que se sienta de relleno ni innecesario. Hay una vasta cantidad de personajes en esta película, y todos ellos están desarrollados de manera minuciosa e interesante, por lo que todos terminan aportando elementos ricos y sustanciosos a la cinta. Adicionalmente, las actuaciones son realmente estupendas, como mencioné anteriormente; cuesta creer que estemos viendo a personajes siguiendo un guion, ya que la ilusión de estar viendo auténticas personas interactuando en su cotiadianeidad es perfecta. No hay un solo eslabón débil en el extenso elenco de Cous Cous, la Gran Cena, y todos logran capturar la atención del espectador con su gran talento y magnética presencia.
Por su parte, la dirección de Kechiche logra sumar mucho a la experiencia. Su cámara siempre inquieta y sus primeros planos contribuyen poderosamente a la atmósfera cuasi-documental de Cous Cous, la Gran Cena. Adicionalmente, Kechiche demuestra mano maestra en algunas secuencias que se desarrollan en tiempo real, además de permitir que las escenas se extiendan una gran cantidad de tiempo. En otras películas, dejar que las escenas sean tan largas puede traducirse como la auto-indulgencia de un cineasta que está tan enamorado de su propia película que no tuvo la habilidad de desmalezarla en la edición, pero ese no es el caso de Cous Cous, la Gran Cena; por el contrario, en esta película, esa fue una excelente decisión, ya que contribuye en gran medida a que la cinta resulte tan inmersiva y nos compenetre tan profundamente con los personajes.
En conclusión, Cous Cous, la Gran Cena fue una experiencia única y muy entretenida, haciendo que sus dos horas y media de duración realmente se me pasaran volando por haber estado tan involucrado en la película gracias al talento de Kechiche y de su extraordinario elenco. Por eso, la recomiendo con entusiasmo como una fascinante experiencia concebida con una auténtica visión cinematográfica que realza el interesante guion y le permite adquirir dimensiones adicionales. En resumen, otra muestra de que siempre es más importante cómo está contado un relato que el relato en sí.
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