jueves, 14 de junio de 2018
I'm Going Home (Je Rentre à la Maison, 2001)
Reseña: Cuando los primeros quince minutos de una película consisten en un grupo de actores representando una obra teatral, evidentemente no estamos ante una cinta convencional. Eso es tan solo el comienzo de I'm Going Home, la cual terminó resultando una de las experiencias cinematográficas que más perplejo me han dejado en bastante tiempo. Es difícil describir esta película, como así también lo es explicar mi reacción ante ella. En pocas palabras, una película enigmática e inescrutable, de la cual no podría decir con certeza si me gustó o no.
A grandes rasgos, la trama (si es que podría llamársele así) de I'm Going Home se enfoca en un experimentado actor que se entera tras una función de que su esposa, su hija y su yerno fallecieron en un accidente, por lo que él tendrá que ocuparse del cuidado de su nieto. Quizás suene como la sinopsis de algún lacrimoso dramón, pero nada más lejos de la realidad; I'm Going Home retrata la apacible rutina del actor, aunque con un subtexto de angustia y soledad que transmite sutilmente la devastadora situación que le tocó vivir, así como también su manera de enfrentar la ancianidad. I'm Going Home no es una película que pueda examinarse superficialmente; en su forma, parece que no pasa absolutamente nada, pero quien esté dispuesto a escarbar en el fondo encontrará abundante material que le brinda profundidad a la experiencia.
El director Manoel de Oliveira (quien, como dato curioso, falleció en el 2015 a los 106 años) conduce la película con un estilo muy particular, consistente en muchos planos estáticos y extraños emplazamientos de cámara (el ejemplo más cabal de esto es la extensa escena de una conversación en la que lo único que se ve son los zapatos de las dos personas que hablan). En lo que respecta al elenco, Michel Piccoli brinda una asombrosa actuación en el personaje principal, cargando la cinta sobre sus hombres con una tremenda presencia y una sobria pero poderosa credibilidad.
Por momentos aburrida y por momentos fascinante, I'm Going Home es una experiencia única, tanto por sus virtudes como por sus defectos. Quizás debería verla de nuevo para determinar si realmente me gustó o no, así como también para seguir encontrando más detalles; pero, como sea, merece el apoyo de los cinéfilos, ya que es valioso encontrarse con una película como esta, que no teme interpelar al espectador y no deja lugar para la indiferencia.
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