miércoles, 20 de junio de 2018
La Idiocracia (Idiocracy, 2006)
Reseña: Aunque diste mucho de ser perfecta, La Idiocracia logra algo muy loable: ser una comedia inteligente sobre gente idiota. Enfocada en un fulano mediocre que, a raíz de un experimento militar que sale mal, es transportado al año 2505, esta cinta logra hacer muchos certeros comentarios sobre el nivel de estupidez al que llegará la humanidad en el futuro... aunque lamentablemente, quizás haya resultado demasiado profética, ya que, en muchos aspectos, ya se ha llegado al mismo tan solo en 2018. Como sea, con todo y fallas, es una película que hace reír, al mismo tiempo que ofrece contenido social y deja material para pensar.
Por el lado negativo, a pesar de haber sido producida por la 20th Century Fox, La Idiocracia se siente como una película barata, particularmente en lo que respecta a la creación del mundo futurista. Eso le resta puntos al universo de la cinta, y le impide alcanzar un aire épico que hubiera realzado los tópicos que abarca el guión, el cual ofrece un agudo contenido satírico que me hizo reír a carcajadas en más de una ocasión. Otra queja que tengo contra La Idiocracia es que la trama se torna algo reiterativa durante el último tramo, repitiendo una y otra vez puntos que ya habían quedado claros.
Luke Wilson es adecuado en el rol protagónico, ya que su estilo pasivo es un buen contraste con la constante estupidez que enfrenta en el mundo futuro... incluyendo la del mismísimo Presidente de los Estados Unidos en ese momento, interpretado por un hilarante Terry Crews. Por su parte, Mike Judge demuestra ser mejor guionista que director, ya que, aunque su labor como cineasta no es mala, su estilo visual es algo plano y no ofrece mucha personalidad.
En conclusión, La Idiocracia es una película que se distingue por ofrecer risas que no son en absoluto huecas, sino que están respaldadas por interesantes comentarios y un genuino trasfondo social, retratando la "involución" de la humanidad tanto con elementos evidentes así como también detalles tan sutiles como bien implementados (por ejemplo, la manera de hablar de los personajes). Entonces, aunque es divertida y graciosa, La Idiocracia también logra dejar una sensación desoladora, sobre todo por plasmar de manera tan certera el precipicio hacia donde la especia humana se está dirigiendo.
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