martes, 31 de julio de 2018
My Son, My Son, What Have Ye Done? (2009)
Reseña: A pesar de haber sido generalmente repudiada por la crítica, My Son, My Son, What Have Ye Done? me pareció una película interesante porque creo que logra algo valioso: ser simultáneamente desquiciada e inteligente. Es cierto que esta es una cinta bizarra, con momentos de humor que resultan difíciles de definirse como voluntarios o involuntarios; por el otro lado, creo que esta película logra retratar con precisión y de manera palpable el fracturado estado de una persona con severas disfunciones mentales, lo cual da lugar a provocativas reflexiones y sagaces comentarios.
Además, My Son, My Son, What Have Ye Done? se beneficia mucho con la brillante actuación del genial Michael Shannon en el papel protagónico. Este intérprete siempre logra hipnotizarme (con la excepción de La Forma del Agua -The Shape of Water, 2017-, aunque eso no fue su culpa, sino del ridículamente estereotipado personaje que tuvo que encarnar), ya que siempre logra brindar matices y humanidad a personajes complejos, y su trabajo en My Son, My Son, What Have Ye Done? es una buena muestra de ello. Gracias a su actuación, el espectador logra crear empatía con su personaje a pesar de tratarse de un psicótico que puede ser (y de hecho termina siendo) un peligro para otras personas. En cuanto al elenco secundario, encontramos a varios sólidos actores de carácter (Willem Dafoe, Michael Peña, Brad Dourif, Udo Kier, Grace Zabriskie y Chloë Sevigny) brindando trabajos tan sólidos y confiables como puede esperarse.
Por su parte, la dirección de Werner Herzog puede verse "rústica" y poco pulida en términos visuales, pero, en este caso, creo que eso funciona a favor de la experiencia, ya que le brinda un aire más inmediato a lo que se ve en pantalla, y de alguna manera refuerza esa delgada línea entre ser graciosa y perturbadora sobre la cual camina la película. En el mismo año de My Son, My Son, What Have Ye Done?, Herzog también estrenó Un Maldito Policía en Nueva Orleans (The Bad Lieutenant: Port of Call - New Orleans, 2009), la cual también fue una cinta chiflada; y si bien también disfruté aquella película, creo que My Son, My Son, What Have Ye Done? tiene un trasfondo emocional que la hace más resonante.
Entonces, entiendo por qué mucha gente odió My Son, My Son, What Have Ye Done?, pero personalmente, logró capturar mi interés, porque logré detectar que realmente tiene algo para decir por debajo de su locura. En lugar de transmitir el mensaje de manera explícita y subrayada, los co-guionistas Herzog y Herbert Golder lo filtraron a la narrativa de manera indirecta, haciendo que el espectador tenga que escarbar en la cinta en lugar de tener todo servido en bandeja. Yo creo que una película que tiene ese nivel de confianza en el espectador merece una oportunidad a pesar de sus imperfecciones.
El Extraño Sr. Horten (O'Horten, 2007)
Reseña: El director Bent Hamer me dejó una muy grata impresión con la excelente Kitchen Stories (Salmer fra Kjøkkenet, 2003), en la cual demostró una inusual capacidad de observación, confiando lo suficiente en el lenguaje visual para dejar que él mismo se encargue de contar un relato simple en su forma pero fascinante en sus detalles y connotaciones. En El Extraño Sr. Horten, también puede apreciarse el talento de Hamer para dominar el lenguaje visual, aunque, en este caso, el guión no me pareció completamente satisfactorio.
El Extraño Sr. Horten se enfoca en un ingeniero de locomotoras que se jubila, y empieza a encarar la vida sin realizar su trabajo. Hamer capta la vida cotidiana de este hombre con un buen ojo para los detalles, logrando decir mucho con poco. Por el contrario, el guión no parece tener mucho para decir, limitándose a ofrecer una series de viñetas que nunca logran formar un todo genuinamente cohesivo. En otras palabras, lo que le faltó a esta cinta fue una unificación en una narrativa más sólida y concreta.
Por el lado positivo, Hamer es un director lo suficientemente hábil para mantener la experiencia entretenida, además de contar con la excelente actuación del finado Baard Owe en el papel protagónico, logrando transmitir todo lo que hace falta saber sobre su personaje sin necesidad de palabras. Además, la atmósfera de la ciudad de Oslo está bien capturada, y termina siendo esencial en la personalidad de la película.
Entonces, puedo darle una mediana recomendación a El Extraño Sr. Horten, a pesar de que el aspecto narrativo me haya parecido algo incompleto. De todas maneras, no tengo dudas de que Hamer es un cineasta cuya carrera merece ser seguida con atención, ya que no se puede negar su particular visión, así como también su exitosa implementación de "menos es más".
Secretos Ocultos (El Secreto de Marrowbone, 2017)
Reseña: Mis expectativas antes de ver Secretos Ocultos eran muy bajas, ya que esperaba encontrarme con una típica película del sub-género "casa embrujada". Afortunadamente, terminé llevándome una agradable sorpresa, ya que la cinta utiliza ese gastado concepto tan solo como punto de partida para desarrollar una narrativa mucho más compleja e interesante, manteniendo la atención del espectador y llevándolo por tangentes ingeniosas e inesperadas.
A diferencia de otras películas de terror, Secretos Ocultos se desarrolla con un ritmo relajado y parsimonioso, pero jamás aburrido, permitiendo que la audiencia se sumerja gradualmente en la atmósfera de la cinta, al mismo tiempo que se facilita la compenetración con la difícil situación de los cuatro personajes principales (hermanos que viven en una casona escapando de un pasado turbulento y que deben enfrentar la muerte de su madre). De hecho, quizás no sea completamente correcto decir que Secretos Ocultos es una película de terror; indudablemente toma elementos característicos de ese género, pero su melancólica personalidad e impacto emocional la acercan más a ser un intenso drama que sabe incorporar naturalmente elementos del horror para reforzar las emociones y el desarrollo de los personajes.
Por lo demás, la recreación de época (Secretos Ocultos transcurre en el año 1969) es tan sutil como efectiva, y las locaciones de Asturias y Barcelona (en este punto, hay que aclarar que esta película es una producción española rodada en inglés) le brindan un aura apropiadamente gótica a la experiencia. Las actuaciones son excelentes, empezando por los intérpretes encargados de dar vida a los cuatro hermanos (George MacKay, Charlie Heaton, Mia Goth y Matthew Stagg); y, aunque no tenga tanto tiempo en pantalla, Anya Taylor-Joy deslumbra una vez más con su expresividad en el rol del interés romántico del hermano mayor (interpretado por MacKay).
A pesar de tantos halagos, Secretos Ocultos no está exenta de fallas. Hay algunos elementos inverosímiles que se sienten fuera de lugar y restan un poco de credibilidad al relato; además, relucen más debido a que todos los demás elementos están sólidamente construidos y ejectuados. Pero bueno, a pesar de esa mediana queja, Secretos Ocultos me pareció una experiencia bastante interesante, con una resonancia emocional que no es habitual encontrar en el cine de terror (hay un giro del guión en particular que me generó un nudo en la garganta). En pocas palabras, un auspicio debut como director de Sergio G. Sánchez (cuya previa carrera había sido solo como guionista), que augura buenas cosas para su obra futura.
Misión: Imposible - Repercusión (Mission: Impossible - Fallout)
Reseña: En el más puro nivel de "blockbuster" hollywoodense, Misión: Imposible - Repercusión cumple con creces su función de entretener de principio a fin, logrando que su duración de casi dos horas y media se pase volando y generando emoción y adrenalina con sus tremendas secuencias de acción. En ese aspecto, indudablemente es una experiencia recomendable, sobre todo en pantalla grande y con buen sonido. Sin embargo, en un nivel más profundo, no puedo negar que la cinta me pareció un poco hueca.
El guión de Misión: Imposible - Repercusión es bastante genérico, y resulta prácticamente intercambiable con el de muchas otras películas de acción. En el aspecto narrativo, sentí la constante sensación de "esto ya lo vi", por lo que la sentí predecible y convencional. Al mismo tiempo, me costó establecer un lazo emocional con los personajes, lo cual me generó una cierta distancia con la película. En otras palabras, Misión: Imposible - Repercusión se disfruta escena por escena por su vertiginoso ritmo y lo bien hecha que está; pero no ofrece sustancia suficiente para permanecer en el recuerdo.
Aún así, no cabe duda de que hay mucho que admirar en Misión: Imposible - Repercusión, empezando por la brillante dirección de Christopher McQuarrie, quien sabe orquestar escenas de acción claras e impactantes, además de brindarles un realismo y brutalidad que las hace muy satisfactorias en el nivel visceral. Por su parte, Tom Cruise ocupa una vez más el rol protagónico con su usual carisma, además de que su compromiso por hacer él mismo las escenas de acción es merecedor de aplauso.
A fin de cuentas, Misión: Imposible - Repercusión me entretuvo; pero no pude evitar sentir una cierta sensación de agotamiento en lo narrativo, lo cual disminuyó un poco mi entusiasmo por ella, e hizo que fuera la cinta que menos me gustó en esta franquicia. Aún así, indudablemente pasé un buen rato, y como dije previamente, verla en el cine es un valor agregado que se aprecia con creces. Entonces, la recomiendo con confianza no exenta de algunas reservas.
viernes, 27 de julio de 2018
Pasión de Amor (La Veuve de Saint-Pierre, 2000)
Reseña: Antes que nada... ¿¡Pasión de Amor?! De todos los títulos que los distribuidores argentinos asignan a las películas, este está entre los peores (lo cual ya es decir bastante). Para empezar, el título suena feo porque lo que dice es una redundancia. En segundo lugar, ese título no tiene nada que ver con la trama de la cinta, dando la impresión de que se trata de un drama romántico cuando la película no tiene nada que ver con ese género. En fin... mejor enfocarse en la película misma que en los furcios de los distribuidores.
En la trama de Pasión de Amor, ambientada entre 1849 y 1850 en el archipiélago de San Pedro y Miquelón, encontramos a un hombre que comete un asesinato estando borracho y es eventualmente condenado a muerte. No obstante, en el período que se espera la llegada de la guillotina para llevar a cabo la ejecución, la esposa del capitán encargado de custodiar al prisionero le da la oportunidad de hacer trabajos ayudando a la comunidad, y ahí se empieza a convertir en una persona muy querida por todos. Suena un poco edulcorado, y lamentablemente lo es, por lo que se cuela un sentimentalismo algo excesivo en más de una ocasión.
Además, el guión sigue una ruta muy predecible, por lo que ocasionalmente termina cansando un poco, ya que sucede todo lo que sabíamos que iba a pasar. Por su parte, los personajes están presentados de manera groseramente subrayada: los malos son muy malos, los buenos son muy buenos y la conversión del prisionero en una buena persona es demasiado burda y poco creíble. No hay matices; todo es blanco o es negro en esta película.
Por el lado positivo, los sólidos aspectos técnicos (la cinematografía es particularmente notable) y las excelentes actuaciones de Daniel Auteuil (como el capitán), Juliette Binoche (como la esposa) y Emir Kusturica (como el prisionero) hacen que la película se deje ver, a pesar de que me haya cansado un poco ocasionalmente y de que su aspecto emocional me empalagó ligeramente. No obstante, aunque Pasión de Amor no me haya dejado muy satisfecho, me sigue sorprendiendo el eclecticismo del director Patrice Leconte, ya que esta es la tercera película que he visto de él (las otras dos fueron La Chica del Puente -La Fille sur le Pont, 1999- y Man on the Train -L'Homme du Train, 2003-) y todas son completamente diferentes en estilo y tramas, lo cual hace que tenga interés en seguir escarbando en su filmografía.
All the Real Girls (2003)
Reseña: All the Real Girls es una película romántica que toma un enfoque refrescantemente realista. A diferencia de otras cintas de ese género, repletas de "grandes gestos", forzadas emociones y empalagosos momentos, All the Real Girls retrata un amor entre dos personas jóvenes como si fuera uno que tranquilamente podría ocurrir en la vida real. Eso ancla a la experiencia en un nivel más humano y facilita la identificación del espectador con lo que ocurre en la pantalla. No obstante, eso no significa que la película esté exenta de fallas.
El principal problema de All the Real Girls son las actuaciones. Paul Schneider y Zooey Deschanel no logran transmitir mucho como la pareja protagónica, ni tienen particular química entre sí, por lo que no resulta del todo creíble el amor que se desarrolla entre sus personajes. Y, aunque ocupe un rol secundario, Shea Whigham resulta absolutamente atroz en el papel del hermano de ella. De todo el elenco, la única que logra dejar una buena impresión (como siempre) es la genial Patricia Clarkson como la madre del personaje de Schneider.
Otro problema con All the Real Girls es que se extiende un poco más de lo necesario, tornándose algo redundante durante el tercer acto. Afortunadamente, a pesar de eso y de lo flojas que resultan casi todas las actuaciones, esta cinta logra sostener el interés gracias a la honestidad del guión y la dirección de David Gordon Green, quien tiene la confianza suficiente en el material para permitir que el relato se desarrolle en sus propios términos, sin forzar ni apresurar nada.
Entonces, aunque diste mucho de ser perfecta, All the Real Girls vale la pena para quienes busquen cine romántico más humano y genuino de lo habitual, aunque sin duda hubiera ganado mucho más con mejores actores (exceptuando a Clarkson), ya que eso opaca un poco los abundantes logros del guión. Aún así, en su estado actual, creo que All the Real Girls es una decente película que logra transmitir calidez y emociones sinceras.
Figlia Mia (2018)
Reseña: Vi Figlia Mia hace apenas tres días, y aún así, me cuesta recordarla al momento de escribir este comentario. Supongo que eso habla por sí mismo, pero no quiero dar la impresión de que Figlia Mia me haya parecido una mala película, porque no lo es en absoluto. Simplemente es una de esas cintas que resultan tan genéricas y olvidables que no logran dejar ninguna impresión... tan solo indiferencia. Este es el tipo de película sobre el que más me cuesta escribir una reseña, ya que no me pareció particularmente buena, pero tampoco particularmente mala... simplemente está en un limbo intermedio, lo cual impide generar una reacción propiamente dicha hacia ella.
No obstante, eso no quita que no haya podido apreciar virtudes en Figlia Mia, empezando por las excelentes actuaciones de Alba Rohrwacher, Valeria Golino y la niña Sara Casu (esta última es una verdadera revelación). La atmósfera calurosa y agobiante en Cerdeña está bien capturada por la directora Laura Bispuri, y la experiencia no resulta aburrida escena por escena.
Sin embargo, la dirección de Bispuri se siente apática y distante, lo cual impide que el espectador se involucre realmente en este relato sobre una niña dividida entre su madre biológica y la madre que la crió. Además, cerca del final, el guión recurre a una barata manipulación emocional que no hacía falta, y que se siente como un intento desesperado para compensar la indolencia que la cinta mantuvo durante el resto de la experiencia.
Entonces, no puedo decir que Figlia Mia sea una mala película, pero tampoco puedo decir que sea buena. Es simplemente... meh. En ese sentido, creo que hasta una película pésima es preferible a esta frialdad; por lo menos, hubiera despertado una reacción en mí, independientemente de que dicha reacción hubiese sido negativa.
Michael Clayton (2007)
Reseña: Michael Clayton representó el debut como director del prolífico guionista Tony Gilroy, y se emparienta en más de un aspecto con las cintas dirigidas por su hermano Dan (Nightcrawler -2014- y Roman J. Israel, Esq., -2017-). Todas ellas se enfocan en un personaje principal envuelto en un mundillo muy particular, y muestran en detalle como este funciona. En el caso de Michael Clayton, el epónimo personaje principal es un "fixer" en un estudio jurídico; en otras palabras, alguien a quien se recurre cuando hay que "salvar las papas del fuego", y quien utiliza todos sus conocimientos legales para obtener el resultado más favorable. La película transcurre en el lapso de unos pocos días, en los que vamos viendo al protagonista envuelto en problemas tanto personales como profesionales. El resultado final me pareció interesante, aunque no exento de algunas fallas que restan puntos a la experiencia general.
Lo que más me gustó de Michael Clayton es la manera en la que Gilroy estructuró el guión, empezando por casi el final, para luego retroceder e ir revelando poco a poco las peculiaridades del protagonista y el mundo en el cual está involucrado. Resulta ciertamente atrapante la introducción al mundo que presenta la película, así como también ver todos los pormenores del mundillo legal, los cuales son completamente ignorados en muchos otros "thrillers jurídicos", los cuales suelen ofrecer una versión más artificial y hollywoodense de las cosas.
Por el lado negativo, hay algunas inverosimilitudes que no logré tragar del todo en la trama de Michael Clayton, y que resultan doblemente chocantes porque el resto del relato está bien planteado y mantiene un sólido nivel de lógica y realismo. Por eso, es una lástima que Gilroy demerite hasta cierto punto los logros de la narrativa con algunos elementos forzados, que podrían haber estado mejor trabajados (me gustaría ser más específico en este punto, pero prefiero no ahondar más porque tendría que incursionar en el terreno de los "spoilers").
A fin de cuentas, Michael Clayton no me pareció tan buena como muchos críticos alegaron, pero no se puede negar que es una competente película, generalmente bien escrita y dirigida con mano firme y segura, por no mencionar las excelentes actuaciones de George Clooney, Tilda Swinton y Tom Wilkinson. Todo eso hace que esta cinta resulte una experiencia interesante y entretenida, por lo que la recomiendo con confianza.
Foxtrot (2017)
Reseña: Generalmente trato de saber lo menos posible sobre las tramas de las películas antes de verlas, ya que prefiero encararlas de la forma más "fresca" posible. Y cuando veo cintas como Foxtrot, me convenzo de que esa es la decisión correcta. En esta película, el director y guionista Samuel Maoz lleva a la audiencia por las tangentes más impredecibles, dividiendo la estructura de la narrativa en tres partes que se complementan mutuamente para formar un todo sólido y satisfactorio, para finalmente hacer que todo cobre un significado completo recién en la última escena. En otras palabras, nada fue librado al azar en Foxtrot; por el contrario, Maoz armó está película como un rompecabezas cuyas partes se revelan de manera metódica y gradual, y haciendo que cada pieza sea indispensable para formar la imagen completa.
Como dije en el párrafo anterior, conviene saber lo menos posible sobre la trama de Foxtrot antes de verla, por lo que solo haré mención a lo que se revela durante los primeros minutos de la cinta: la rutina de un matrimonio se ve súbitamente aplastada cuando se enteran del fallecimiento de su hijo en un puesto militar. Sin embargo, lejos de hacer un dramón lacrimoso, Maoz adopta un enfoque mucho más realista, y por ello, doblemente desolador: se pone el enfoque en el padre, y cómo hace para evitar todas las cuestiones relativas al funeral, mientras por dentro, se está destruyendo cada vez más. Hasta ahí llegará mi descripción de la trama, ya que sería imperdonable arruinar los deliciosos giros que el guión va arrojando más adelante.
Por lo demás, las actuaciones del elenco entero son muy buenas (Lior Ashkenazi se roba la película con su excepcional trabajo como el padre), y los apartados técnicos se sienten muy prolijos y cuidados. Maoz sabe mantener un buen ritmo de principio a fin, además de que su dinamismo visual evita que algunas extensas partes de diálogos se vuelvan monótonas o estáticas. También es necesario mencionar la habilidad con la cual el director maneja los distintos tonos y enfoques requeridos por cada una de las tres partes en que se encuentra dividida la estructura de la cinta.
En conclusión, Foxtrot es una película realizada con inteligencia y talento, además de tocar temas tan complejos y profundos como la familia, la muerte y la guerra de manera accesible y carente de solemnidad, manteniendo la experiencia muy interesante de principio a fin. Maoz ya había demostrado talento y visión artística con su primera película, Líbano (Lebanon, 2009), y los logra confirmar plenamente en Foxtrot. Ojalá no tarde otros ocho años en realizar su tercera cinta...
Dulce País (Sweet Country, 2017)
Reseña: El cine australiano ha examinado en más de una ocasión el humillante trato que reciben o recibieron los pueblos originarios de ese país, lo cual se ve ejemplificado por cintas como Cerca de la Libertad (Rabbit-Proof Fence, 2002), El Rastro (The Tracker, 2002), Samson and Delilah (2009) o Charlie's Country (2013). Dulce País (dirigida por Warwick Thornton, también responsable de la mencionada Samson and Delilah) es otra adición a esa lista, partiendo de un caso tristemente real de un aborígen que asesinó a un blanco en defensa propia, lo cual desató una implacable cacería por el "outback" australiano. El resultado final es una sólida película que logra simultáneamente funcionar como un tenso y emocionante western y como un emotivo y angustiante drama.
Lo más loable de Dulce País es que sus personajes no están retratados como simplistas héroes y villanos, sino como auténticos seres humanos con múltiples facetas. Esto se ve representado con mayor elocuencia en los personajes que persiguen al aborígen, quienes no están caracterizados como malvados, sino como personas que simplemente tienen que hacer su trabajo, o que tienen puntos de vista concordantes a lo que era visto como "correcto" en la época que transcurre el relato (la década de 1920). Incluso el único personaje verdaderamente deplorable (el que es asesinado en defensa propia por el protagonista) está pintado con matices.
Dulce País jamás se torna sermonera ni pesada en sus comentarios sobre el trato a los pueblos originarios en Australia. Por el contrario, permite que ellos se incorporen de manera natural y fluida a una narrativa sólida y bien construida. Y además de esa profundidad, Dulce País también funciona muy bien en un nivel más escapista, retratando una aventura en el desierto con tensión y suspenso, además de contar con una preciosa cinematografía que saca el máximo provecho de los impresionantes escenarios naturales. Todo se combina para dar forma a una experiencia muy satisfactoria, que mantiene la atención del espectador de principio, al mismo tiempo que sabiamente juega con sus expectativas hasta el último segundo.
Las actuaciones de Dulce País merecen un párrafo aparte. Hamilton Morris es genuinamente sublime en el personaje del aborígen, logrando transmitir lo sufrido que ha sido durante toda su vida, así como también su angustia y desesperación, de manera totalmente creíble y hasta conmovedora. Bryan Brown también logra destacar como el policía que lidera la búsqueda del personaje principal, brindando textura y sutiles detalles a su personaje, y, aunque no tenga tanto tiempo en escena, el gran Sam Neill logra dejar su huella como un noble predicador.
En conclusión, Dulce País ofrece suficiente material para satisfacer a diferentes tipos de espectadores: a quienes buscan una película profunda que invita a la reflexión debido a los provocativos temas que toca (y que lamentablemente siguen siendo relevantes); y a quienes simplemente buscan un apasionante western que logra emocionar y entretener constantemente. En resumen, recomendada con total entusiasmo.
El Ornitólogo (O Ornitólogo, 2016)
Reseña: Tanto por su surrealismo como por su entorno selvático, me resultó inevitable tener muy presente a Sud Pralad (2004) mientras veía El Ornitólogo. Y como Sud Pralad es una de mis películas favoritas, El Ornitólogo se vio un poco desfavorecida en la comparación. Pero, bueno... dejando eso de lado y tomando a esta cinta de manera individual, creo que tiene bastante para ofrecer, sobre todo para aquellos que gusten de este tipo de cine extraño y onírico que no se detiene a dar explicaciones, sino que simplemente ofrece una serie de elementos que cada espectador interpretará de manera diferente.
A mí generalmente me atraen ese tipo de películas, y por eso disfruté El Ornitólogo desde su primera escena hasta el delirante final. El director João Pedro Rodrigues ciertamente sabe crear una atmósfera inmersiva y sugestiva, y la extraordinaria cinematografía de Rui Poças logra que la selva portuguesa termine siendo un personaje más, retratándola con vívidos colores y abundante belleza visual. En cuanto al guión... su apreciación está tan sujeta a la interpretación subjetiva de cada espectador que es difícil hablar sobre él; no obstante, es indudablemente admirable que una cinta tenga la suficiente confianza en la audiencia como para permitirle completar la narrativa en su mente, en lugar de darle todo pre-digerido y servido en bandeja.
Por el lado negativo, El Ornitólogo peca de una cierta pretensión en más de una ocasión y algunos elementos se sienten un poco fuera de lugar (o quizás yo no supe entender su función; en ese caso, mis disculpas). No obstante, creo que hay suficientes cosas interesantes y provocativas en la experiencia que me resultó fácil disculpar esos pequeños tropiezos y simplemente dejarme llevar por el etéreo sabor de la cinta.
Entonces, El Ornitólogo puede tomarse como una película de terror con tintes religiosos, como una extraña alegoría homosexual, como una cinta de aventuras que expresa la supervivencia en la selva de manera metafórica o como una fantasía absurdista. Quizás la película sea todo eso a la vez; quizás no sea nada de eso. No obstante, el punto es no racionalizarla, y simplemente apreciar una experiencia que rompe todo convencionalismo y nos lleva por caminos inusuales que logran activar la imaginación.
La Visita de la Banda (Bikur Ha-Tizmoret, 2007)
Reseña: La Visita de la Banda prometía mucho al principio. Enfocándose en un grupo de músicos egipcios que quedan varados en un pueblito de Israel, el principio de la cinta me estaba pareciendo muy simpático, además de funcionar como un retrato del choque de culturas. Sin embargo, a medida que la cinta iba avanzando, me fui dando cuenta de que la película no tenía mucho para ofrecer, ya que su narrativa se empieza a empantanar, por lo que termina aburriendo un poco y sintiéndose demasiado larga... incluso con una duración que ni siquiera alcanza los noventa minutos.
La Visita de la Banda transcurre en un lapso reducido de tiempo (como mucho, abarcará veinticuatro horas), y lo que el guión tiene para contar termina sintiéndose demasiado anécdotico. No hay un conflicto concreto, ni evolución en los personajes (muchos de los cuales quedan relegados a una participación muy reducida) ni un auténtico mensaje. Es una lástima que eso haya sucedido, ya que los primeros minutos de La Visita de la Banda ofrecían potencial dramático y humorístico que no supo ser aprovechado.
A pesar de mis quejas, no puedo decir que La Visita de la Banda sea una mala película bajo ningún concepto. Por el contrario, las actuaciones son fantásticas (Sasson Gabai resulta particularmente notable como uno de los músicos egipcios), y logran conjurar algunos momentos que resultan emotivos, aunque dichos momentos se hubieran visto mejor beneficiados con una narrativa más fuerte y concreta. También tengo que hacer mención de la dirección de Eran Kolirin, quien mantiene un tono discreto, ahuyentando el fácil sentimentalismo en el que hubiera caído un cineasta menos hábil.
En conclusión, La Visita de la Banda tiene virtudes valiosas, y por eso resulta doblemente frustrante que el guión haya resultado algo flojo y tan carente de foco. A pesar de las cosas que sí pude apreciar, eso me impide expresar particular entusiasmo por La Visita de la Banda, aunque tan solo por las tremendas actuaciones del elenco entero me veo inclinado a darle una tibia recomendación, ya que ellas se encargan ocasionalmente de despertar las emociones que el guión no pudo.
Tully (2018)
Reseña: Francamente, no tenía mucho interés en ver Tully. Su tema de la depresión post-natal parecía el de alguna genérica y olvidable "chick flick" más apropiada para un telefilm de las cuatro de la tarde que para una auténtica película. Sin embargo, los buenos comentarios que esta cinta recibió me inclinaron a darle una oportunidad, y me alegro de haberlo hecho, ya que, contrario a mis expectativas, Tully resultó ser un sólido drama no exento de toques de humor, que lograr retratar de manera realista y creíble el tema de la maternidad.
Quiero hacer especial énfasis en la palabra "realismo" porque muchas películas ofrece una visión excesivamente idealizada del hecho de ser madre; sin embargo, Tully adopta un enfoque mucho más palpable, que retrata detalladamente cómo puede afectar la vida de una persona hasta el punto de agotarla mental y físicamente. Eso es lo que atraviesa Marlo, el personaje principal, hasta que conoce a la epónima Tully, una adorable niñera que le facilita sus deberes como madre, cuidando a la hija más chica (una recién nacida) durante la noche. Y cuando todo parece seguir por una ruta más o menos segura, Tully arroja un inesperado giro cerca del final, que le añade una interesante y hasta profunda dimensión psicológica a la experiencia.
Charlize Theron brinda una actuación excepcional en el papel de Marlo, manteniéndose completamente alejada del más mínimo "glamour" (aunque no es la primera vez que hace esto en su filmografía... recordemos, por ejemplo, Monster -2003-, la cinta por la cual ganó el Oscar a Mejor Actriz) para componer un personaje multi-dimensional, transmitiendo con suma credibilidad la vorágine que el personaje experimenta en su vida. El resto del elenco brinda sólido respaldo a Theron, destacando a Mackenzie Davis como Tully y Ron Livingston como el esposo de Marlo.
En conclusión, Tully es una muestra de que es posible tomar un concepto que puede sonar poco alentador, y ejecutarlo con talento e inteligencia, gracias al libreto de Diablo Cody, engañosamente sencillo en su superficie pero poseedor de múltiples capas en su fondo, y a la dirección de Jason Reitman, quien conduce la cinta con seguridad y buen ritmo, evitando innecesarios despliegues visuales, aunque sin por ello olvidar de dotar personalidad a la película. Generalmente intento evitar las "chick flicks", pero Tully me ha hecho re-considerar un poco esa actitud tan radical; como tantas veces he dicho, en cine, no importa tanto el qué, sino el cómo.
domingo, 22 de julio de 2018
Songs from the Second Floor (Sånger från andra Våningen, 2000)
Reseña: Songs from the Second Floor no busca contarnos una historia, sino ofrecernos una serie de viñetas que pretenden ilustrar cómo es la sociedad, haciendo foco en sus vicios. O algo así. A decir verdad, la experiencia de Songs from the Second Floor es algo inescrutable, y cada espectador la interpretará de diferente manera. Por mi parte, me dejó generalmente insatisfecho, ya que si bien ofrece algunos momentos poderosos, me pareció pretenciosa y aburrida en líneas generales.
No niego que Songs from the Second Floor haya sido concebida con una auténtica visión artística (lo cual se manifiesta principalmente en la manera mediante la cual el director Roy Andersson retrata cada viñeta, manteniendo la cámara estática y con diversas acciones ocurriendo en el cuadro). También es loable que Songs from the Second Floor tenga la suficiente confianza en el espectador para permitirle diferentes interpretaciones. Sin embargo, debo decir que la película se me hizo tediosa, y la falta de hilo narrativo o emocional me impidió engancharme con lo que sucedía en escena. Además, el particular formato de la cinta impide la creación del más mínimo vínculo con ninguno de los personajes.
Songs from the Second Floor me dejó la impresión de ser una de esas películas "de arte" que se dan ínfulas de "profundas" e "inteligentes" cuando en realidad no tienen mucho para decir. Como dije antes, no niego sus virtudes cinematográficas desde un punto de vista objetivo, pero, a fin de cuentas, sin una narrativa ni personajes con los cuales compenetrarme, la experiencia final me parece tediosa y frustrantemente vacía. O quizás el problema sea que no entendí esta película, y por ello, no veo en ella la obra maestra que muchos críticos vieron. En ese caso, mis disculpas.
Right at Your Door (2006)
Reseña: Right at Your Door fue originalmente concebida como un cortometraje... y se nota. Los primeros quince minutos de la cinta logran establecer la catástrofe que se desata en Los Ángeles por un atentado de bombas químicas de manera eficiente, tomando un enfoque minimilista que se centra en unos pocos personajes y transmitiendo sin dificultad la paranoia y difícil situación en la cual se encuentran. Por su parte, el final de la cinta me pareció excelente, concluyendo la experiencia de manera contundente e inesperada. El problema de Right at Your Door es todo lo que hay en el medio.
Tras haber establecido muy bien la premisa al principio, Right at Your Door se torna repetitiva y ocasionalmente hasta aburrida, mostrando una y otra vez lo mismo (el protagonista intenta impedir que su esposa ingrese a su casa, ya que podría estar infectada), lo cual empantana la narrativa y resta energía a la experiencia. Ahí es donde se notan los síntomas de "cortometraje estirado", aunque afortunadamente, el cansancio que genera toda esa parte media (que incluso tiene una parte que innecesariamente cae en terreno sentimentaloide) se ve compensado en buena medida por el ingenioso final.
Por el lado positivo, el director Chris Gorak supo sacar provecho del reducido presupuesto de la película, generando una creíble atmósfera apocalíptica de manera minimalista y en unas pocas locaciones (prácticamente toda la película transcurre en una casa). En cuanto al elenco, Rory Cochrane y Mary McCormack brindan sólidas actuaciones, transmitiendo desesperación y angustia con expresividad y naturalidad, además de compartir una buena química como esposos.
Entonces, Right at Your Door es una cinta bien hecha y competentemente actuada, que toma un enfoque íntimo del "cine catásstrofe", lo cual es un bienvenido cambio de la grandilocuencia y rimbombancia que suelen presentar las películas de ese género. No obstante, no puedo negar que me aburrió en más de una ocasión en su parte media, y eso redujo mi entusiasmo hacia sus varios atributos. Aún así, creo que ofrece suficientes cosas a su favor para hacerla merecedora de una mediana recomendación.
martes, 17 de julio de 2018
Franklyn (2008)
Reseña: Franklyn es una experiencia original, impredecible y fascinante, que nos traslada a un universo muy particular, haciéndonos íntimos partícipes de él desde el primer fotograma hasta el último. Esta no es una cinta fácil de encasillar en un género específico, y conviene no saber absolutamente nada sobre su trama antes de verla; simplemente hay que sentarse y dejarse llevar por una película única, que sabe encontrar un armonioso balance entre estilo y sustancia.
Durante largo rato, cuesta dilucidar por dónde nos llevará la trama de Franklyn; en otras palabras, el espectador no sabe realmente qué es lo que está viendo. Eso genera la deliciosa sensación de no saber qué es lo que puede llegar a pasar, despertando constante curiosidad. En un momento, temía que esta terminara siendo una de esas películas con planteamientos fascinantes que eventualmente se estancan y no saben a dónde llegar, pero afortunadamente este no fue el caso; el director y guionista Gerald McMorrow (quien lamentablemente no volvió a realizar ninguna otra cinta hasta el momento) sabe muy bien lo que está haciendo, ofreciendo respuestas muy satisfactorias, aunque dejando un dejo de ambigüedad en algunos aspectos que enriquecen aún más el misterio del relato, hasta culminar en un final muy satisfactorio, tanto en el plano narrativo como en el emocional.
Además del impecable guión, también tenemos la alucinante dirección de McMorrow, quien no solo encuentra el tono y ritmo precisos para el relato, sino que también demuestra un excelente ojo visual para crear escenas que derrochan creatividad y placer estético, además de crear una atmósfera "dark" que no se siente afectada, sino natural e inmersiva. Y lo más importante de todo es que tal despliegue de estilo no es un fin por sí solo, sino que está utilizado como un genuino complemento de narrativo. En otras palabras, el estilo fortalece la sustancia, y viceversa.
En cuanto al elenco, tenemos excelentes actuaciones de Sam Riley (quien me sorprendió agradablemente, ya que me había dejado una mala impresión en The Dark Valley -Das Finstere Tal, 2014-; asumo que su flojo trabajo en aquella cinta no fue culpa de él, sino del pedestre material con el que tuvo que trabajar), Eva Green y Bernard Hill. Por el lado negativo (esta es la única queja que tengo contra Franklyn), Ryan Phillippe resulta tan insulso y poco creíble como de costumbre en su papel.
Lástima que McMorrow no haya podido realizar ninguna otra película hasta el momento, ya que sin duda tuvo un tremendo debut con Franklyn, revelando un talento y una visión artística realmente inusuales para un primer trabajo. En conclusión, una hipnótica película que fusiona diversos estilos y géneros en un paquete enormemente entretenido y muy satisfactorio, además de ofrecer una refrescante dosis de originalidad que funciona como antídoto contra tanta cinta genérica y convencional.
Limbo (1999)
Reseña: Limbo es una película extraña y desconcertante. No sé entiende bien qué es lo que el director y guionista John Sayles quiso hacer; me cuesta determinar si pecó de excesiva ambición, o si tenía dos películas completamente diferentes en su mente, por lo que su fusión en una sola se siente forzada. Durante su primera mitad, Limbo retrata la vida diaria de un grupo de personas en un pueblo de Alaska, enfocándose en un hombre que se enamora de una cantante que tiene una hija problemática. Durante la segunda mitad... prefiero no adelantar mucho qué sucede, por lo que solo diré que Limbo súbitamente se transforma en una cinta de aventuras con ribetes filosóficos que no tiene casi nada que ver con lo que habíamos visto anteriormente.
La primera mitad de Limbo me pareció bien escrita, tomándose su tiempo para desarrollar a los personajes y permitir que los percibamos como auténticos seres humanos con toda una historia de vida encima suyo. Con eso, hubiera habido suficiente material interesante para sustentar una película entera, pero luego llega el brusco giro que olvida por completo todo lo que se había construido anteriormente para prácticamente empezar de cero con un relato que no tiene nada que ver con lo otro. Como dije en el párrafo previo, se podrían haber hecho dos películas diferentes y sólidas por sí mismas; pero al estar fusionadas a los golpes, el resultado termina siendo más frustrante que satisfactorio.
En cuanto a las actuaciones, tengo opiniones encontradas. David Strathairn brinda un trabajo sutil y muy sólido, mientras que Vanessa Martínez se luce como la hija de la cantante (lástima que no haya prosperado mucho la carrera de esta intérprete). Por el otro lado, Mary Elizabeth Mastrantonio me pareció horriblemente sobre-actuada en el papel de la cantante, gesticulando de manera tan exagerada que cuesta tomar su trabajo en serio. Por lo demás, los aspectos técnicos son competentes, y la ambientación del relato en Alaska contribuye a brindarle una atmósfera inusual a la experiencia.
A fin de cuentas, Limbo no me aburrió, principalmente porque sale de lo común y despierta curiosidad ver algo alejado de lo convencional. Sin embargo, no puedo negar que la experiencia general me pareció fallida, y creo que se quedó corta del potencial que ofrecía un proyecto tan inusual como este. No obstante, como dije en otras ocasiones, siempre preferiré una cinta que intentó algo descabellado y se quedó corta, antes que otra que prefirió quedarse en la fácil mediocridad y tomó la ruta más fácil.
domingo, 15 de julio de 2018
The Night Eats the World (La Nuit a Dévoré le Monde, 2017)
Reseña: Antes que nada, hay que advertir que The Night Eats the World está muy lejos de ser una típica película de zombies. Ni bien empieza la película, nos encontramos con el protagonista, quien llega a una fiesta en busca de unas cintas, y se queda dormido. Cuando despierta, descubre que hubo una invasión zombie, por lo que decide quedarse refugiado en el edificio donde se llevó a cabo dicha fiesta, e intenta sobrevivir con el correr de los días. Entonces, los zombies casi pasan a un plano secundario, ya que lo que aquí es relevante es ver cómo el protagonista tiene que lidiar con la soledad, así como también adoptar una rutina completamente nueva.
Durante la mayor parte del tiempo, solo estamos en compañía del personaje principal, por lo que gran parte de la cinta transcurre sin diálogos (aunque me chocó un poco que los pocos que hay hayan sido en inglés, ya que la cinta es una producción francesa ambientada en París). Aunque The Night Eats the World se haya tornado un poco monótona en algunas ocasiones, en líneas generales no aburre, principalmente gracias al hábil manejo visual del director Dominique Rocher, además de su creación de una atmósfera solitaria. A diferencia de otras cintas de zombies, el guión no ofrece explicaciones sobre los eventos que desencadenaron la presencia de los muertos vivos; simplemente, se ocupa de retratar cómo haría una persona normal para mantenerse viva ante esa circunstancia.
El actor Anders Danielsen Lie demuestra suficiente credibilidad y carisma para cargar con la película entera sobre sus hombros, además de poseer capacidad expresiva que le permite transmitir mucho casi sin diálogos. Por el lado negativo, mencionaría que sentí algunos momentos fuera de lugar, además de que, como dije anteriormente, hay algunas escenas monótonas y repetitivas que se podrían haber obviado ya que no logran añadir nada sustancioso a lo que ya sabemos.
Por lo demás, aprecio que The Night Eats the World se haya animado a hacer algo diferente partiendo de algo tan trillado como los zombies. De hecho, casi diría que esta cinta está más cerca de ser un minimalista drama psicológico que una película de terror, lo cual es un testimonio de la audacia de la película por ir en contra de lo convencional y arriesgarse a tomar un camino inusual, y eso es razón suficiente para hacerla merecedora de una recomendación. Sin ser tan buena como It Stains the Sands Red (2016), creo que The Night Eats the World hace buena pareja con aquella cinta, ya que ambas ofrecen alternativas originales al tema de los zombies.
La Balada de Jack y Rose (The Ballad of Jack and Rose, 2005)
Reseña: En líneas generales, el concepto central de La Balada de Jack y Rose me recordó un poco al de la película Capitán Fantástico (Captain Fantastic, 2016): un ex-hippie que se encuentra al borde de la muerte por una condición cardíaca) crió a su hija en una comuna abandonada aislada del mundo, y con valores muy particulares que luego chocan al entrar en contacto con gente "civilizada". El resultado es una película muy bien actuada y generalmente entretenida, aunque divaga demasiado y le cuesta encontrar un foco narrativo.
El problema de La Balada de Jack y Rose es que pretende tocar demasiados temas (la relación padre-hija, el despertar sexual de ella, la fricción que se provoca cuando la pareja de él y sus hijos van a convivir con los protagonistas, el conflicto con un negocio inmobiliario), y a fin de cuentas, la cinta no ahonda en ninguno de ellos. En otras palabras, este es un caso en el que mucho no logra ser suficiente. Y si bien la cinta me mantuvo entretenido en líneas generales, tantos divagues y falta de enfoque en un tema concreto terminaron cansándome un poco en algunas ocasiones.
Afortunadamente, tenemos las sólidas actuaciones del elenco entero, empezando por el excelente trabajo de Daniel Day-Lewis y Camilla Belle en los papeles protagónicos. Ambos resultan sutiles y creíbles, y logran una dinámica muy natural como padre e hija. Por su parte, aunque el guión intente abarcar demasiado, no puede negarse que logra tocar varios puntos interesantes. Finalmente, la directora Rebecca Miller (hija de un tal Arthur) no hace un mal trabajo, pero no logra imprimir mucha personalidad ni estilo como cineasta.
En conclusión, La Balada de Jack y Rose amerita ser recomendada principalmente por sus actuaciones, además de que logra mantener un mediano nivel de interés. No obstante, le hubiera venido bien una pulida más al guión, ya sea para ganar mejor foco, o para balancear mejor sus múltiples temáticas. Aprecio cuando una cinta tiene mucho para explorar, pero cuando no se logra una conjunción del todo exitosa entre todos sus elementos narrativos, "el que mucho abarca, poco aprieta".
Western (2017)
Reseña: A pesar de su título, Western no es un western, sino una película que toma ciertos conceptos pertenecientes a dicho género, y los re-interpreta en un relato actual que se enfoca en el choque de culturas que se provoca cuando un grupo de obreros alemanes llegan a Bulgaria para realizar un trabajo. La cinta está bien realizada y ofrece material interesante; sin embargo, no puedo negar que puso a prueba mi paciencia en más de una ocasión.
Western es un poco repetitiva en algunos momentos, y ciertamente no ofrece grandes avances en lo emocional ni en lo narrativo. Teniendo en cuenta que la cinta dura dos horas, no puedo negar que esos factores hicieron que la experiencia se me hiciera algo ardua en algunas partes. Sin embargo, creo que Western ofrece suficiente contenido interesante para sobrellevar en buena medida sus momentos de tedio o frustración.
Para empezar, lo que más me gustó de esta película fue su previamente mencionada subversión de ciertos arquetipos del western, re-interpretados de manera creativa e inteligente a la actualidad (por poner algunos ejemplos, los recién llegados en un pueblo o la presencia del caballo). La directora Valeska Grisebach quizás peque de auto-indulgencia en la excesiva duración de la cinta, pero eso no le impide proyectar una clara y segura visión artística, además de que no se puede negar su habilidad para extraer actuaciones sumamente naturales del elenco entero.
En conclusión, Western es una sólida cinta, realizada con talento y hasta inteligencia. No obstante, entiendo perfectamente que muchos espectadores se quedarán afuera con ella, ya que se trata de una película demandante y poco accesible. No niego que me aburrí ocasionalmente, pero, al mismo tiempo, encontré suficientes cosas valiosas para hacer que la experiencia global valga la pena. Entonces, la recomiendo con las mencionadas reservas.
lunes, 9 de julio de 2018
El Mundo según Barney (Barney's Version, 2010)
Reseña: El Mundo según Barney está estructurada como una "biopic", aunque en realidad no lo es, ya que retrata la vida de un personaje ficticio: Barney Panofsky, un productor de televisión canadiense. Dicho personaje resulta querible, y la cinta se sigue con interés de principio a fin, lo cual es loable al tener una duración de dos horas y cuarto. No obstante, creo que pierde algo de fuerza durante su último tramo, el cual no se vuelve aburrido, pero toma una ruta que me pareció innecesaria.
Durante sus dos primeros tercios, El Mundo según Barney funciona muy bien, examinando a su personaje central con abundantes dosis de humor, sin por ello descuidar el aspecto dramático, lo cual hace que el espectador logre conectar con el protagonista de manera inmediata y se interese en sus avatares personales. Sin embargo, durante el último tercio, la cinta toma una ruta lacrimosa que no hacía falta, y que incluso termina empalagando un poco en más de una ocasión; afortunadamente, eso se ve compensado hasta cierto punto por las excelentes actuaciones del elenco entero.
Como no podía ser de otra manera, Paul Giamatti brinda un trabajo magistral en el rol protagónico, logrando componer un personaje entrañable a pesar de sus errores, y dotándolo de una amplia variedad de sutiles matices que demuestra el gran talento actoral de este intérprete. También es merecedora de mención Rosamund Pike en el rol de una de las esposas de Barney, brindando absoluta credibilidad y compartiendo una perfecta química con Giamatti. Y, aunque no tenga tanto tiempo en pantalla, Dustin Hoffman roba todas sus escenas como el padre de Barney, y logra dejar una impresión duradera en el espectador.
En conclusión, El Mundo según Barney logra ser entretenida e interesante, aunque perdí un poco de entusiasmo por ella durante el meloso tercer acto. Afortunadamente, hay abundantes virtudes para compensar esa queja en buena medida, por lo que me siento inclinado a recomendarla por las brillantes actuaciones y la firme dirección de Richard J. Lewis, por no mencionar la particular idiosincracia canadiense que tiñe cada cuadro de la película.
Disobedience (2017)
Reseña: La trama de Disobedience sigue al personaje de Ronit, una fotógrafa que regresa a Londres después de muchos años debido al fallecimiento de su padre, un rabino, y retoma un romance con una Esti, una amiga que tuvo hace muchos años, quien es una judía ortodoxa casada. Sin embargo, la ambición de Disobedience va más allá de retratar un simple romance, utilizándolo como punto de partida para analizar cuestiones más complejas, como la represión y la fuerte influencia de la religión en las vidas de algunas personas. Eso hace que la película resulte profunda e interesante, aunque, por alguna razón, la encontré algo fría y distante en el plano emocional.
El principal problema que tuve con Disobedience es que no logré sentir la pasión que experimentan las dos protagonistas. En ningún momento, me sentí genuinamente compenetrado con sus emociones, y no encontré del todo creíble la intensa pasión entre ambas. Eso afecta el impacto emocional de la cinta, y es lo que la hace competente, pero no totalmente satisfactoria. Por el lado positivo, el director Sebastián Lelio conduce la experiencia con sobriedad y fluidez, evitando caer en excesos melodramáticos y manteniendo recato y buen gusto de principio a fin.
En cuanto a las actuaciones, Rachel Weisz y Rachel McAdams no lograron transmitirme nada como Ronit y Esti (respectivamente). Ambas son buenas actrices, pero no sentí mucha química entre ellas, y el desempeño de ambas no es intrínsicamente malo, pero se siente carente de vida. A fin de cuentas, el personaje con el que más empatía terminé creando fue con el personaje del marido de Esti, gracias a la excelente actuación de Alessandro Nivola, quien tan solo con su mirada y su expresión logra transmitir el genuino amor que siente por su esposa y la devoción que siente hacia su religión, lo cual le crea toda una serie de dilemas.
En conclusión, creo que Disobedience es una buena película, realizada con una interesante visión artística, además de contar con un guión provocativo que ofrece múltiples niveles. Sin embargo, creo que la cinta debería haber sido conmovedora, lo cual no pudo lograr debido a su gelidez emocional y la falta de compenetración de las actrices principales en sus roles. A fin de cuentas, creo que puedo recomendarla, aunque no con tanto entusiasmo como muchos de sus atributos lo ameritarían de manera individual.
Saber Dar (Please Give, 2010)
Reseña: La descripción más general que puedo hacer de Saber Dar es que trata sobre los "problemas" de la gente rica. Básicamente, se enfoca en dos familias diferentes (por un lado, un matrimonio de mediana edad con una hija, y por el otro, una anciana muy mayor y sus dos nietas) cuyas vidas se relacionan de manera directa; y como sus vidas son tan apacibles y estables en el aspecto económico, los vemos haciéndose problema por cosas sin mucha importancia. Si bien la experiencia parecía medianamente simpática al principio, eventualmente me terminó aburriendo un poco su ausencia de un conflicto lo suficientemente fuerte o, al menos, un arco narrativo más definido.
La directora Nicole Holfcener no demuesta particular visión o personalidad detrás de las cámaras, lo cual le brinda a Saber Dar un estilo apático y visualmente plano. Por su parte, el guión se queda sin combustible demasiado pronto, y, cerca del final, adquiere un tono excesivamente melodramático, el cual empalaga un poco al mismo tiempo que se siente fuera de lugar, ya que lo que viven los personajes nunca me pareció lo suficientemente dramático; como dije en el párrafo previo, simplemente son personas que, como no tienen problemas, los inventan de las cosas más ínfimas e irrelevantes.
Lo que logra que Saber Dar resulte pasable son principalmente las perfectas actuaciones del elenco entero, empezando por Catherine Keener y el gran Oliver Platt como el matrimonio, brindando credibilidad y genuinas emociones a personajes carentes de dimensión y profundidad. Por su parte, la fallecida Ann Morgan Guilbert roba todas sus escenas como la anciana, y también hay que hacer mención del sólido desempeño de Rebecca Hall y Amanda Peet como sus nietas.
Entonces, los actores se encargan de mantener Saber Dar a flote hasta cierto punto. Por el otro lado, me pareció una cinta con un guión poco atrapante y una dirección anónima que no aporta mucho a la experiencia, por lo que me cuesta recomendar esta película. No necesariamente estoy en contra de las películas sobre gente rica, siempre y cuando se encarguen de desarrollar personajes multi-dimensionales envueltos en situaciones interesantes, lo cual no fue el caso de Saber Dar.
The Endless (2017)
Reseña: Hace algunos años, los co-directores Justin Benson y Aaron Moorhead realizaron la cinta Spring (2014), la cual no me pareció completamente satisfactoria, aunque eso no evitó que me llamara la atención su extraña mezcla de drama romántico y película de terror. La más reciente cinta de este dúo, The Endless, también evita caer en lo convencional, aunque el resultado final me pareció inferior al de Spring.
En líneas generales, The Endless es una película sobre dos hermanos (interpretados por los mismos Benson y Moorhead) que vuelven a una secta tras muchos años de haberse alejado de ella, y donde empiezan a experimentar extraños fenómenos. El problema con esta cinta es que se torna demasiado explicativa en más de una ocasión, y este tipo de películas funciona mejor cuando se vuelca de lleno al surrealismo, en lugar de intentar explicar cada cosa con lujo de detalle. Además, el misterio central es mucho más sencillo de lo que Benson y Moorhead (en su faceta de co-guionistas) creen, por lo que se vuelve predecible.
Por el lado positivo, los cineastas demuestran buena mano para crear atmósfera, así como también habilidad para teñir varias escenas de un subtexto misterioso e intrigante. Adicionalmente, los aspectos técnicos (particularmente la cinematografía) son muy buenos, sobre todo para una cinta de bajo presupuesto como esta. En lo que respecta a las actuaciones, Benson y Moorhead comparten una sólida química que los hace creíbles como hermanos cuya relación se va viendo alterada durante el transcurso de la cinta.
Tras haber visto dos películas de Benson y Moorhead, no cabe duda de que ambos poseen talento y visión como cineastas, aunque aún les falta trabajar con guiones que logren estar a la altura de su talento como directores. No obstante, a pesar de mis quejas, creo que The Endless merece una mediana recomendación, principalmente porque vale la pena apoyar a una cinta que intentó hacer algo distinto a lo habitual, aunque no haya tenido éxito total.
domingo, 8 de julio de 2018
Salvo (2013)
Reseña: Hace muy poco, vi la película Luna: Una Fábula Siciliana (Sicilian Ghost Story, 2017), y apenas unos días atrás, vi Salvo, la película previa de los co-directores Fabio Grassadonia y Antonio Piazza. En esta cinta, pude comprobar nuevamente el estilo lánguido y onírico de estos cineastas, aunque, en líneas generales, me pareció menos lograda que su cinta siguiente. Sin embargo, lo que se mantuvo constante en ambas experiencias es que no logré tragar del todo el componente "mágico" que se añada a las tramas de ambas cintas.
La primera media hora de Salvo es cuando la película mejor funciona. Prácticamente sin diálogos (de los cuales la película en su totalidad prescinde casi por completo), se establece de manera clara y directa el nudo de la película: un sicario de la mafia siciliana busca venganza contra quienes intentaron asesinar a su jefe, y todo se complica cuando se encuentra con una joven ciega que es la hermana de quien organizó el intento de asesinato. Sin embargo, luego de haber establecido ese punto, la trama se estanca, por lo que pierde impulso narrativo y termina cansando en más de una ocasión.
En pocas palabras, creo que Salvo es un caso de un guión demasiado tenue estirado mucho más allá de lo que se hubiera ameritado, lo cual se ve exacerbado por el previamente mencionado estilo lánguido y pausado de Grassadonia y Piazza, el cual estuvo mejor implementado en Luna: Una Fábula Siciliana. Sin embargo, lo que menos me gustó de Salvo fue ese toque sobrenatural (por llamarlo de algún modo) añadido cerca del final que se siente absolutamente fuera de lugar y choca por completo con el realismo que el resto de la cinta intentó mantener.
En conclusión, tras una primera hora promisoria, Salvo se empantana y termina aburriendo en más de una ocasión. No me molesta cuando una película emplea un ritmo pausado y deliberado... siempre y cuando haya algo para contar. Creo que ese no fue el caso de Salvo, extendiendo excesivamente lo que quizás hubiera funcionado mejor como un cortometraje. No obstante, seguiré interesado en la filmografía de Grassadonia y Piazza, ya que no hay duda de que poseen un estilo muy personal y una visión distintiva como cineastas.
Mandarinas (Mandariinid, 2013)
Reseña: Mandarinas toma como punto de partida una guerra que involucró a los estados de Estonia y Georgia a principios de los '90. Sin embargo, no es necesario entrar en especificaciones del contexto histórico, ya que Mandarinas lo utiliza tan solo como punto de partida para desarrollar un emotivo, fascinante y profundamente humano relato, con personajes entrañables y tremendas actuaciones del reducido elenco.
No conviene revelar mucho sobre la trama de Mandarinas, ya que aunque no sea complicada ni contenga giros inesperados, conviene saborear paso a paso su guión tan meticulosamente construido y tan expertamente ejecutado; un buen ejemplo de esto es que algunos elementos que inicialmente parecen irrelevantes, luego cobran un rico y ocasionalmente conmovedor significado (por ejemplo, el cassette de músicaMandarinas se desarrolla con unos pocos personajes en un reducido número de locaciones, pero eso no significa que se vuelva estática ni monótona; por el contrario, el director Zaza Urushadze mantiene un buen ritmo de principio a fin, y supo dotar a la experiencia de un lenguaje cinematográfico que ahuyenta la sensación teatral que la película pudo haber generado en manos menos talentosas.
Por su parte, los actores hacen un trabajo fantástico, brindando interpretaciones tan naturales y repletas de detalles que sentimos que estamos viendo auténticos seres humanos que gradualmente van desarrollando un vínculo. Esto hace que los personajes generen automática empatía con la audiencia, logrando que uno se interese y se preocupe por su destino. También ayuda mucho que dichos actores interpreten personajes multi-dimensionales; ninguno ocupa el lugar de "héroe" ni de "villano"; son simplemente personas que se ven afectadas de diferentes maneras por un conflicto que los excede.
Mandarinas es una co-producción entre Estonia y Georgia, y es la primera película en mi vida que he visto de esas procedencias. Sin embargo, fue un excelente comienzo, además de ser una demostración de que no hacen falta grandes estrellas ni impresionantes inversiones de dinero para ofrecer una experiencia cinematográfica cautivante y memorable; simplemente, hace falta talento, y Mandarinas lo demuestra en cada aspecto. En resumen, recomendada con total confianza.
domingo, 1 de julio de 2018
Himizu (2011)
Reseña: Himizu cuenta una historia con muchos elementos tristes y desgarradores, con los cuales se podría haber logrado un drama intenso y devastador. Sin embargo, no se pudo lograr ese efecto. Las actuaciones del dúo principal (Shôta Sometani y Fumi Nikaidô) son estupendas, el director Sion Sono demuestra buena mano para balancear poesía y crudeza en varias ocasiones y el guión ofrece profundidad y personajes multi-dimensionales. Entonces... ¿qué es lo que falló?
Creo que la principal deficiencia de Himizu es la multitud de momentos bizarros que provocan risa, pero que se sienten fuera de lugar y restan dramatismo a las terribles situaciones que atraviesan los personajes principales (dos jóvenes que sufren maltrato y constantes humillaciones por parte de sus familias). Esos momentos hacen que la experiencia pierda seriedad, por lo que se dificulta la creación de un vínculo emocional con lo que ocurre en pantalla. Esos toques bizarros forman parte del estilo de Sono ya que también se han visto en otras películas suyas, como Cold Fish (Tsumetai Nettaigyo, 2010) y la genial Why Don't You Play in Hell? (Jigoku de Naze Warui, 2013); sin embargo, en esas cintas, se integraban de manera fluida y natural, mientras que se sienten forzados en Himizu.
Por su parte, el guión es interesante en líneas generales (aunque divaga un poco durante la segunda mitad), pintando un cuadro desolador e introduciendo constantemente momentos de crueldad, aunque no por ello se olvida de mantener las cosas ancladas a un nivel humano y hasta de ofrecer algunos cálidos momentos que balancean el pesimismo del resto del relato. Y, como dije anteriormente, las actuaciones de Shôta y Nikaidô son extraordinarias, demostrando total sinceridad y compenetración con sus personajes.
En conclusión, Himizu es una buena película con varios méritos técnicos y artísticos; sin embargo, podría haber llegado más lejos si hubiera extirpado los previamente mencionados toques grotescos, los cuales reducen en gran medida el impacto emocional de la cinta y me "sacaron" de la experiencia en más de una ocasión. Sono me parece un sólido director, y aunque su trabajo en Himizu no es nada desdeñable, quizás no fue el cineasta ideal para realizar esta cinta (personalmente, creo que el sur-coreano Kim Ki-duk hubiera sido mucho más propicio).
La Bicicleta Verde (Wadjda, 2012)
Reseña: La Bicicleta Verde (la primera película procedente de Arabia Saudita dirigida por una mujer -Haifaa al-Mansour- en la historia) toma como punto de partida a una niña que quiere reunir suficiente dinero para comprar una bicicleta como excusa para reflexionar y, en más de una ocasión, criticar a la sociedad musulmana, haciendo foco en la represión que experimentan las mujeres en Arabia Saudita. La intención es indudablemente buena, pero lamentablemente no logró traducirse en una película muy interesante.
En otras ocasiones, he mencionado que generalmente me parece interesante cuando una cinta refleja aspectos culturales de una región lejana a la mía, ya que abre los ojos a cosas ajenas a las que uno está acostumbrado. Sin embargo, en el caso de La Bicicleta Verde, dicho aspecto cultural no tiene un respaldo narrativo lo suficientemente sólido, por lo que no tiene mucho más que eso para sustentarse. A fin de cuentas, el guión termina divagando, y no logra enfocarse en algo específico que mantenga un flujo natural.
También tengo objeciones contra la manera en la cual se presenta la cultura musulmana, ya que se recalcan una y otra vez los mismos puntos, además de que están presentados de una manera excesivamente didáctica, acercándose peligrosamente a terreno de lección escolar en más de una ocasión. Entonces, lamento decir que, después de un rato, La Bicicleta Verde me terminó aburriendo por su didactismo y su falta de empuje narrativo.
Eso no quiere decir que esta sea una mala película; como dije previamente, esta cinta fue realizada con buenas intenciones, además de que la joven Waad Mohammed brinda una excelente actuación en el personaje principal. Sin embargo, me cuesta expresar particular entusiasmo por La Bicicleta Verde, y no siento que pueda recomendarla. Si quieren ver una película con una trama vagamente similar y que está íntimamente relacionada con la cultura musulmana, les recomiendo la obra maestra iraní Los Niños del Cielo (Bachecha-Ye aseman, 1997).
Taking Sides (2001)
Reseña: Basada en la historia real de un soldado estadounidense encargado de investigar si un respetado director de orquesta colaboró con el nazismo, Taking Sides es una película enfocada en extensos diálogos (lo cual no es de extrañar, ya que está basada en una obra de teatro) donde se confrontan divergentes puntos de vista, así como también se examinan provocativos temas que plantean toda una serie de dilemas morales. Eso es loable, y la película tiene varios buenos momentos... sin embargo, no puedo negar que la sentí ocasionalmente cansada y algo "estática".
Para empezar, creo que el director István Szabó tuvo dificultades para dotar a Taking Sides de un tempo cinematográfico. En otras palabras, el origen teatral de la cinta se siente demasiado, y creo que hubiera necesitado una dirección con mayor dominio del aspecto visual para brindarle mayor dinamismo a la experiencia. Esta deficiencia hizo que me costara dejarme llevar inicialmente por la película, lo cual dio lugar a algunos momentos aburridos; afortunadamente, el guión (adaptado por Ronald Harwood, el mismo dramaturgo) ofrece suficiente material interesante para hacer que la película valga la pena.
En el papel del soldado estadounidense, Harvey Keitel me pareció excesivamente sobre-actuado; me dio la impresión de que estaba constantemente queriendo "robar cámara", y eso hizo que su trabajo me irritara bastante. Por el otro lado, tenemos la tremenda actuación de Stellan Skarsgård en el papel del director de orquesta, demostrando una sutileza tan medida y efectiva que funciona como un completo contraste con los aspavientos y muecas de Keitel.
A fin de cuentas, lo que mantiene a flote a Taking Sides son la actuación de Skarsgård y todos los temas profundos que aborda el guión, muchos de los cuales logran dejar al espectador pensando luego de la finalización de la película. Por eso, puedo recomendarla, aunque siento que la cinta pudo haber llegado mucho más lejos con un director que hubiera encarado el material de manera mucho más cinematográfica, así como también con una actuación más sobria y menos auto-consciente que la de Keitel.
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