jueves, 31 de enero de 2019
El Inadaptado (Den Brysomme Mannen, 2006)
Reseña: El Inadaptado es una de esas películas de las cuales resulta imposible sintetizar en una simple sinopsis, por la simple razón de que cada espectador encontrará un significado diferente a lo que ocurre en la pantalla según su punto de vista. Eso significa que también es muy difícil encasillarla en un género específico: ¿Es una película de terror? ¿Una comedia absurdista? ¿Un thriller psicológico con tintes oníricos? ¿Una deprimente alegoría sobre la humanidad? Quizás sea todo eso a la vez... o quizás no sea nada de eso. En fin, sé que muchos espectadores se sentirán frustrados por la falta de respuestas concretas a los múltiples enigmas planteados por El Inadaptado, pero yo quedé conforme con ello, porque uno está tan habituado a ver cintas que entregan todo pre-digerido al espectador que resulta refrescante encontrarse con una que confía lo suficiente en la inteligencia de la audiencia para hacerla partícipe activa de la experiencia y permitir que cada uno interprete la película desde su perspectiva.
Esbozando a grandes rasgos lo que ocurre en El Inadaptado, nos encontramos con un protagonista que, de la nada, aparece en una ciudad en donde muchas cosas parecen normales... pero otras no tanto, ya que, por ejemplo, nadie experimenta el sabor de la comida ni vive sensaciones emocionales. En otras palabras, el protagonista llega a un mundo en donde todo parece insípido y carente de alma, aunque también parece ocultarse algo macabro detrás de todo eso. Personalmente, tengo muchas hipótesis sobre lo que El Inadaptado cuenta, pero quizás lo que el guionista Per Schreiner pretendía transmitir no tiene nada que ver con ellas. Sin embargo, siento que El Inadaptado es una de esas películas en las que no conviene buscar una explicación concreta a lo que ocurre, sino simplemente disfrutar las múltiples incógnitas que plantea y todas las posibilidades que vienen arraigadas con ellas.
Adicionalmente, no se pueden negar los múltiples atributos técnicos de El Inadaptado. Desde la atmosférica dirección de Jens Lien hasta la apropiadamente gris cinematografía de John Christian Rosenlund, todos los elementos contribuyen a la creación de un universo muy particular y distintivo, haciendo que la cinta adquiera una auténtica personalidad. Los actores se adaptan bien a la parquedad de la película, destacando a Trond Fausa Aurvåg en el rol principal, creando un personaje interesante en base a talento y carisma.
A fin de cuentas, no podría decir que El Inadaptado sea una gran película, pero indudablemente se trata de una cinta audaz y arriesgada, lo cual es una bocanada de aire fresco cuando uno está tan acostumbrado a experiencias cinematográficas genéricas y olvidables. Definitivamente no será para todos los gustos, pero no puede negarse que El Inadaptado tiene algo distinto para ofrecer, y, tan solo por eso, creo que vale la pena darle una oportunidad.
Auto Focus (2002)
Reseña: Bob Crane fue un actor que protagonizó, entre 1965 y 1971, la popular (al menos en Estados Unidos) serie Hogan's Heroes, una sitcom que curiosamente transcurría en un campo de concentración nazi. Sin embargo, Crane terminó arruinando su vida y su carrera con la amistad que entabló con John Carpenter (quien no tenía nada que ver con la famoso director de cine del mismo nombre), un técnico de video que lo introdujo al mundo de las orgías y el descontrol. La película Auto Focus es una biografía de Crane, y, a pesar de durar un poco más de lo necesario, logró sostener mi interés con su mirada a la vida de ese malogrado actor.
Mientras veía Auto Focus, me vinieron a la mente dos películas: Boogie Nights (1997) y Hollywoodland (2006). Al igual que la primera, Auto Focus retrata la atmósfera de sexo y desenfreno en Los Ángeles durante una época específica; al igual que la segunda, vemos la gradual debacle de un actor, retratando elocuentemente lo difícil que resulta luchar con la fama y prosperar en una industria como Hollywood. Sin embargo, más allá de esas similitudes, Auto Focus rebosa de la personalidad característica del director Paul Schrader, quien siempre ha mostrado interés en retratar el universo masculino, ya sea en otras cintas que ha dirigido (Días de Furia -Affliction, 1997-, First Reformed -2017) o en las que trabajó como guionista (Taxi Driver -1976-, Toro Salvaje -Raging Bull, 1980-, Vidas al Límite -Bringing Out the Dead, 1999-). En esta ocasión, el eje gira en torno a Crane y Carpenter, dos hombres cuya adicción al sexo se apodera de sus vidas a un nivel extremo, aunque eso no significa que Schrader pierda de vista la humanidad y matices de ambos.
Las actuaciones de Greg Kinnear y Willem Dafoe como Crane y Carpenter (respectivamente) son excelentes. Ambos logran componer personajes complejos de manera sumamente creíble, y su química es tan buena que se acepta de manera inmediata los vaivenes que experimentan sus personajes en su amistad. Por el otro lado, María Bello y Rita Wilson están algo desperdiciadas como las dos esposas que Crane tuvo; no quedan mal, pero no tienen mucho contenido sustancioso con el cual trabajar. Finalmente, quiero hacer mención del brillante desempeño de Ron Leibman como el agente de Crane; francamente, este actor me resultaba un total desconocido, pero me sorprendió muy gratamente en esta cinta, revelándose como uno de esos actores de carácter que logran dejar auténtica huella en los roles que interpretan, independientemente del tiempo que estén en escena.
Como dije anteriormente, Auto Focus se extiende un poco más de lo necesario, particularmente en la parte media, la cual se torna un poco redundante y podría haberse acortado un poco. Pero, por lo demás, Auto Focus me pareció una interesante experiencia, bien escrita, dirigida y actuada, que amerita ser recomendada. Finalmente, quizás el hecho de que la película gire en torno al sexo ahuyente a algunas personas, pero debo decir que la cinta no se regodea en eso ni retrata cosas explícitas, ya que está interesada en meterse en territorio más rico y profundo partiendo de esa base.
El Motoarrebatador (2018)
Reseña: El Motoarrebatador comienza de manera directa y sin préambulos, mostrando el violento asalto por parte de dos "motochorros" a una mujer que acaba de retirar plata de un cajero. Luego, uno de los dos ladrones va a visitar a la mujer al hospital sin revelarle que fue uno de quienes la asaltó, y empieza a forjarse una relación entre ellos. No conviene revelar nada más sobre la trama de esta película, ya que, si bien parece sencilla en su superficie, da algunos giros inesperados, al mismo tiempo que nuestras perspectivas de los personajes se ve replanteada constantemente.
Me gustó la forma humana y multi-dimensional con la cual los personajes están escritos. El personaje del ladrón logra generar una variedad de sensaciones antagónicas: odio, ternura, repulsión y empatía. Por su parte, la víctima también tiene facetas contradictorias, por lo que tampoco resulta fácil de etiquetar. En otras palabras, los personajes principales de El Motoarrebatador son seres humanos falibles y con muchas capas, y eso facilita la compenetración del espectador con ellos.
También ayudan mucho las fantásticas actuaciones de Sergio Prina y Liliana Juárez como el ladrón y la víctima (respectivamente). Ambos son tan naturales y carentes de artificio en sus roles que realmente sentimos que estamos viendo auténticas personas, en lugar de personajes siguiendo un guion. Por el otro lado, hay algunas actuaciones demasiado rígidas en el elenco secundario, y eso opaca un poco la atmósfera realista lograda por el director Agustín Toscano. Y, ya que empecé a quejarme, también diré que algunos detalles del guion se sienten forzados y fuera de lugar.
A pesar de sus imperfecciones, El Motoarrebatador me pareció una sólida muestra de cine independiente argentino, demostrando nuevamente que la escasez de recursos no es un obstáculo si se tiene una historia interesante para contar, así como también el talento suficiente para traducirla en imágenes. Entonces, la recomiendo con confianza para quienes quieran ver una película "chica", sin grandes pretensiones, pero que sabe sostener la atención de la audiencia.
martes, 29 de enero de 2019
Los Cien Pasos (I Cento Passi, 2000)
Reseña: Los Cien Pasos es la biografía de Peppino Impastato, un activista político que denunciaba constantemente a la mafia siciliana entre los '60 y '70, lo cual obviamente lo ponía en constantes conflictos (incluso con su propia familia). El resultado es una cinta interesante, con buenas actuaciones e impecablemente producida, aunque quizás hubiera necesitado más contundencia para ser algo realmente memorable.
No obstante, hay mucho para apreciar en Los Cien Pasos. La reconstrucción de época está brillantemente lograda, sin nunca llamar la atención por sí misma, pero con un buen ojo para los detalles. También merece mención la banda sonora, compuesta por varias excelentes canciones que suman puntos a la experiencia general (incluyendo "A Whiter Shade of Pale", de Procol Harum, la cual escucho con bastante frecuencia cuando veo cine; hace apenas unos meses, también la escuché en Invitación de Boda -Wajib, 2017-).
El director Marco Tullio Giordana hace un decente trabajo, aunque su estilo es algo impersonal, por lo que si bien la cinta está bien llevada y sostiene el interés, no refleja mucha visión detrás de cámaras. Otra objeción que tengo es que Los Cien Pasos se extiende un poco más de la cuenta en la parte media, con algunos momentos repetitivos que obstruyen el flujo de la experiencia y la vuelven un poco cansada en algunas ocasiones.
Por su parte, las actuaciones de Los Cien Pasos me parecieron muy buenas. Luigi Lo Cascio hace un sólido trabajo en el papel protagónico, aunque quienes más me impresionaron fueron Lucia Sardo y el fallecido Luigi Maria Burruano como sus padres. Entonces, esas actuaciones, junto al generalmente bien escrito guion y la perfecta manufactura, bastan para hacer que Los Cien Pasos gane una moderada recomendación, aunque no logre permanecer mucho en el recuerdo a largo plazo.
lunes, 28 de enero de 2019
The Standoff at Sparrow Creek (2018)
Reseña: The Standoff at Sparrow Creek es una de esas películas minimalistas que se enfocan mayor o totalmente en un reducido número de personajes confinados a una sola locación. En este caso, todo se desencadena cuando hay una masacre en el funeral de un policía, y un ex-miembro de la milicia se da cuenta de que el perpetrador fue algún otrora compañero suyo; por ello, reúne a sus antiguos colegas en un galpón, y procede a interrogarlos hasta que alguno confiese antes de que la policía los localice. En otras palabras, esta es una cinta enfocada en diálogos y actuaciones, y no en floritura visual. Personalmente, creo que la cinta logró salir airosa del desafío en líneas generales, aunque eso no significa que esté exenta de algunas fallas.
Cuando se realiza una película de este tipo, siempre se corre el riesgo de caer en lo monótono o lo teatral. Sin embargo, el director y guionista Henry Dunham (realizando su ópera prima) supo crear tensión con elementos mínimos, así como también una atmósfera apropiadamente lúgubre y desolada. En lo que respecta al guion, está generalmente bien construido, manteniendo la atención en base a diálogos y haciéndonos cuestionar constantemente si los personajes están mintiendo o diciendo la verdad.
En lo que respecta al elenco, todos hacen un sólido trabajo. Algunos intérpretes son medianamente conocidos (James Badge Dale, Brian Geraghty, Robert Aramayo, Gene Jones y Patrick Fischler) mientras que no estaba familiarizado con otros (Happy Anderson, Chris Mulkey), pero, como sea, entre todos forman un ensamble en donde no hay "estrellas", sino buenos actores de carácter que ocupan sus roles con convicción y comparten una química creíble entre ellos.
Por el lado negativo, el guion quizás dé más vueltas de las necesarias en algunas ocasiones, y aunque el final se desvía un poco de lo esperado, creo que hubiera venido mejor un remate más contundente a la experiencia. En este punto, me fue inevitable recordar la reciente película danesa The Guilty (Den Skyldige, 2018), otra muestra de cine minimalista que también contó un relato "chico", pero que resultaba más impactante. Personalmente, creo que The Standoff at Sparrow Creek careció de ese proverbial "toque final".
Aún así, The Standoff at Sparrow Creek es una competente muestra de cine realizado con poco dinero pero suficiente talento para capturar el interés a lo largo de poco menos de noventa minutos bien llevados. Adicionalmente, crea buenas expectativas para la obra futura de Dunham; veremos si sigue realizando películas "pequeñas" como esta, o si eventualmente terminará dirigiendo su visión a cosas más grandilocuentes. Haga lo que haga, será interesante contemplar los resultados.
viernes, 25 de enero de 2019
Noi, el Albino (Nói Albinói, 2003)
Reseña: A grandes rasgos, Noi, el Albino puede sonar como tantos relatos "coming of age", con un protagonista joven retraído que se siente incomprendido, y está en contacto con personas pintorescas (entre quienes se encuentran su padre y su abuela). Sin embargo, la cinta tiene algunos elementos distintivos que la hacen un poco diferente, empezando por su ambientación en un helado pueblo islandés, lo cual tiñe a toda la experiencia de una idiosincracia muy particular, que uno no está acostumbrado a encontrar en el cine. El resultado final no está exento de interés, a pesar de algunos momentos en los cuales la película se torna un poco aburrida.
Durante su primer acto, Noi, el Albino nos introduce de manera simpática al protagonista y a las personas que lo rodean. Empleando un humor sutil y naturales actuaciones del elenco entero, Noi, el Albino nos presenta un universo interesante, con un "sabor" propio y una atmósfera de pueblo pequeño bien logrado. Lamentablemente, cuando llegamos a la parte media, la narrativa de Noi, el Albino se empantana un poco y se torna redundante; la falta de un desarrollo significativo y los divagues sin un eje narrativo francamente me terminaron cansando.
No obstante, Noi, el Albino recobra vigor en su conclusión, cuando ocurre un giro inesperado que le brinda inusitada profundidad a la experiencia. De esa manera, lo que inicialmente parecía una simpática película "coming of age" termina adquiriendo otra dimensión y ganando connotaciones más ricas. Ahí es donde particularmente se nota la ambición del director Dagur Kóri por trascender géneros y entregar una cinta difícil de encasillar.
Entonces, Noi, el Albino me dejó con sensaciones encontradas. Personalmente, creo que vale la pena sobrellevar el ocasional tedio que despierta la parte media en vista de la gracia comienzo y de la inesperadamente impactante conclusión. Entonces, creo que eso basta para darle una moderada recomendación como una competente cinta proveniente de una nacionalidad de la cual no se conoce mucho cine a nivel internacional (anteriormente a esta, la única película islandesa que había visto fue I Remember You -Eg Man Þig, 2017-, la cual detesté y borré inmediatamente de mi cerebro).
jueves, 24 de enero de 2019
Viudas (Widows, 2018)
Reseña: Una breve reseña de la trama de Viudas podría hacerla sonar como una típica "heist movie", pero, en realidad, el guion incluye elementos que le añaden cierta frescura a dicha fórmula. La cinta arranca cuando un grupo de ladrones muere tras un robo; esto deja a sus esposas con problemas económicos, por lo cual ellas terminan planeando un robo, pero no será tan fácil, ya que hay algunos políticos que tienen vinculación con las actividades delictivas de sus respectivos maridos. Entonces, además del planeamiento del robo, también tenemos elementos de thriller político, así como también vemos las penurias y dificultades que las mujeres tienen que enfrentar tras el fallecimiento de sus esposos. El resultado final es una película interesante y entretenida, aunque no exenta de algunos problemas.
Ciertamente era un riesgo simultáneamente balancear tantos elementos divergentes y hacerlos confluir en el guion de Viudas, pero la cinta salió airosa en su ambición, sin descuidar ninguno de dichos elementos, y dándoles a cada uno un desarrollo detallado y bien escrito. Por el lado negativo, hay algunos aspectos cerca del final que resultan un poco confusos, además de algunos momentos forzados y convenientes que resaltan doblemente considerando que lo demás está bien escrito y pensado. De todas maneras, a pesar de esos tropiezos, la película logró sostener mi atención de principio a fin, y su duración de más de dos horas se me pasó de manera ágil y fluida.
Luego de 12 Años de Esclavitud (12 Years a Slave, 2013), película que fue muy aclamada pero que personalmente odié, el director Steve McQueen ofrece un trabajo mucho mejor logrado en Viudas. Su estilo visual es atractivo, pero nunca busca llamar la atención por sí mismo; por el contrario, su elegante manejo de cámaras y su buen ojo para la puesta en escena siempre están al servicio de la narrativo, por lo que se integran naturalmente a la experiencia. McQueen también me dejó una buena impresión en las escenas de acción, las cuales están filmadas de manera clara y realista, haciéndonos íntimos partícipes de ellas.
En cuanto al elenco de Viudas, aunque generalmente no trago a la actriz Viola Davis, debo admitir que la encontré tolerable en esta ocasión. Hay algunas breves instancias en las cuales se manifiesta su tendencia a la sobre-actuación, pero, en general, la encontré medida y controlada. En cuanto a las demás viudas que participan en el robo, Michelle Rodríguez (demostrando mayor humanidad de la que solemos encontrar en sus actuaciones) y Elizabeth Debicki hacen un buen trabajo, mientras que Cynthia Erivo (quien no es una viuda, pero se incorpora más tarde como la chofer) demuestra férrea presencia en su papel. Por su parte, Daniel Kaluuya logra ser un villano temible tan solo con su intensa mirada, mientras que Brian Tyree Henry y Colin Farrell también logran dejar una sólida impresión como políticos con pocos escrúpulos. Finalmente, aunque aparezca relativamente poco, siempre es un placer ver a Robert Duvall en escena (además, merece aplausos por mantenerse activo comon actor a pesar de su avanzada edad).
En conclusión, a pesar de algunas quejas que tengo contra ella, Viudas me dejó satisfecho, logrando ser una tensa y entretenida "heist movie" que indudablemente merece una recomendación, con un guion ambicioso que balancea múltiples aspectos con talento y precisión narrativa. Y por si eso fuera poco, también tenemos sólidas actuaciones y la dinámica y firme dirección de McQueen, quien se redime del bodrio que fue 12 Años de Esclavitud y logra recuperar mis buenas expectativas para sus futuros proyectos.
miércoles, 23 de enero de 2019
Piercing (2018)
Reseña: Luego de su deslumbrante debut con The Eyes of my Mother (2016), naturalmente tenía expectativas muy elevadas antes de ver Piercing, la segunda película del director y guionista Nicolas Pesce. Y si bien este cineasta confirma tener una visión muy distintiva, así como también un hábil manejo de la atmósfera y el lenguaje cinematográfico, lamento decir que Piercing me terminó decepcionando porque el guion no me pareció muy satisfactorio.
Piercing arranca de manera muy prometedora. Sin ninguna explicación previa, nos mete de lleno en un clima inquietante, en donde no sabemos muy bien qué puede llegar a pasar después. Conocemos al personaje principal, quien parece tener una severa disfunción mental, hasta que se despide de su esposa e hijo y se dirige a un hotel para cometer un crimen. No obstante, después de ese interesante establecimiento, la cinta empieza a mostrar claros síntomas del "Síndrome de Cortometraje Estirado", ya que su narrativa se estanca, y empieza a divagar por tangentes inconexas sin jamás recuperar el foco. Después de su inicio, Piercing parece quedarse sin combustible, y no logra definir qué es lo que realmente quiere contar.
Por el lado positivo, tenemos las sólidas actuaciones de Christopher Abbott y Mia Wasikowsa, así como también la vistosa y creativa dirección de Pesce, cuyo buen ojo para la puesta en escena y su particular personalidad logran mantener la película a flote a pesar de sus múltiples flaquezas narrativas (incluso hay algunas instancias de "split screen" que me hicieron recordar la obra de Brian de Palma). Finalmente, la música también es merecedora de mención, ya que complementan bastante bien el tono de la película.
De todas maneras, la experiencia general de Piercing termina dejando sabor a poco, en parte por las elevadas expectativas que tenía, y en parte por cómo decae el guion tras un inicio que prometía mucho más. Aún así, seguiré esperando con interés las futuras películas de Pesce; sigo creyendo que es un director talentoso, y, tal como demostró en The Eyes of my Mother, puede llegar muy lejos si tiene sólido material con el cual trabajar.
martes, 22 de enero de 2019
El Reino (2018)
Reseña: El Reino es un sólido thriller político que logra funcionar simultáneamente como entretenimiento escapista y como un relevante comentario social concerniente a la corrupción política. Si bien la cinta transcurre en España, lo que se retrata de la suciedad y falta de ética en la política puede extrapolarse a cualquier otro país, lo cual le da al mensaje una resonancia universal. En pocas palabras, sin llegar a ser algo brillante, El Reino entretiene y también deja material para reflexionar y debatir.
El principal acierto de El Reino es que no ahonda en detalle en el escándalo de corrupción en el cual se ve envuelto el protagonista. Otros thrillers políticos cometen el error de meterse en ello de manera minuciosa, lo cual, en muchas ocasiones, termina haciéndolos confusos y cansados. Por el contrario, El Reino toma un enfoque más claro y dinámico, poniendo el eje en los esfuerzos del protagonista para verse lo menos afectado posible por el escándalo y metiendo a la audiencia en el conflicto de manera inmediata y sin preámbulos. Además, ayuda mucho tener un protagonista con quien resulta fácil crear empatía, y eso se debe en parte a la multi-dimensional manera en la cual está escrito y en parte gracias a la perfecta actuación del gran Antonio de la Torre, quien demuestra una vez más su gran talento y magnético carisma en esta película.
El director Rodrigo Sorogoyen sabe manejar la tensión del relato, lo cual facilita la compenetración del espectador con todo lo que vive el protagonista, hasta llegar a un tercer acto plagado de emoción. Por el lado negativo, la última escena de la película quizás resulte un poco más estridente de lo necesario, hasta culminar de forma algo abrupta. Curiosamente, la película previa de Sorogoyen, Que Dios nos Perdone (2016), cometió el error de extender el final más de lo necesario; acá ocurrió lo opuesto, haciendo que la cinta termine cuando quizás le hubieran venido mejor unos minutos adicionales para darle un mejor cierre. Como sea, parece que Sorogoyen (en su faceta de co-guionista junto a Isabel Peña) tiene dificultades al momento de dar cierre a sus películas.
Y ya que me estoy quejando, también mencionaré que no tragué del todo algunos aspectos demasiado convenientes o básicos en el guion de El Reino. De todas maneras, el balance general definitivamente cae en el lado positivo, por lo que, más allá de algunos aspectos que se hubieran podido pulir mejor, recomiendo El Reino como un buen thriller, sostenido por firme dirección, un guion generalmente bien escrito y excelentes actuaciones (además del trabajo de de la Torre, también quiero destacar el desempeño de Bárbara Lennie, otra estupenda actriz cuyo trabajo resulta siempre impecable).
lunes, 21 de enero de 2019
Columbus (2017)
Reseña: Columbus es un drama reposado e intimista sobre una amistad que se desarrolla entre dos personas que, a priori, parecen tener poco en común: un hombre coreano que tuvo que viajar a la ciudad estadounidense de Columbus debido a que su padre quedó súbitamente en coma y una joven fascinada con la arquitectura que tiene que cuidar constantemente a su madre, quien tuvo problemas con las drogas en su pasado. El director coreano Kogonada (sic) realiza esta película con un estilo más similar a los dramas asiáticos que a los estadounidenses, prescindiendo casi siempre de música y con un ritmo sumamamente calmo y los personajes hablando casi en voz baja. Esto quiere decir que Columbus requiere una cierta paciencia y entrega por parte del espectador, pero quien esté dispuesto a ello encontrará satisfactorias recompensas a lo largo de la experiencia.
Para empezar, aunque se trata de una cinta modesta, merece aplauso la preciosa cinematografía de Columbus, la cual logra capturar la particular arquitectura de los edificios de la epónima con lujo de detalle. Los encuadres y las posiciones de cámara en las cuales están retratados son un genuino deleite para la vista en más de una ocasión, haciendo que dichos lugares terminen sintiéndose como un personaje más. Esta película representó la ópera prima de Kogonada, cuya elegante dirección y firme visión logran augurar cosas buenas para sus futuros proyectos.
El guion está bien construido, cultivando gradualmente la relación entre dos personas superficialmente diferentes, pero con heridas emocionales similares que pueden ir sanando gracias a su mutua interacción. También aprecié que Columbus no haya forzado un romance entre ellos; esta cinta no es ni pretende ser una historia de amor, sino una historia sobre conexión humana entre dos personas que realmente la estaban necesitando. Por el lado negativo, el guion tiende a divagar un poco en su parte media, reiterando algunos puntos y retardando ligeramente la evolución de los protagonistas, pero eso se ve compensado hasta cierto punto cuando llegamos a un final simultánemante emotivo y optimista.
También merecen mención las excelentes actuaciones de John Cho y Haley Lu Richardson en los papeles protagónicos. Ambos son totalmente naturales y expresivos, y tienen una química tan creíble entre ellos que es fácil aceptar el afecto mutuo que gradualmente van desarrollando. El resto de los actores tiene participaciones relativamente breves, pero, aún así, Rory Culkin, Parker Posey y Michelle Forbes logran contribuir cosas sustanciosas a sus personajes.
En conclusión, Columbus es una buena película, que no será para todos los gustos, pero que encontré interesante gracias a su riqueza, profundidad y la visión artística con la que fue concebida. Si se hubieran hecho algunos ajustes a la edición y al guion en su parte media, quizás podría haber alcanzado la excelencia, pero, en su estado actual, me gustó, además de revelar a Kogonada como un prometedor cineasta con una voz muy distintiva, lo cual se aprecia doblemente habiendo tantos cineastas que son meros capataces a sueldo.
13 Pecados (13 Sins, 2014)
Reseña: 13 Pecados parte de una premisa con potencial (aunque no del todo original, ya que guarda algunos puntos en contacto con la popular saga de El Juego del Miedo): el protagonista, quien se encuentra en serios problemas económicos, recibe una llamada mediante la cual una voz le dice que tiene que completar trece pruebas a cambio de una importante suma de dinero. La complicación es que las pruebas van a ser cada vez más extremas, llevándolo hasta cometer actos graves. Ciertamente, ese concepto despierta interrogantes inquietantes: ¿Todos tenemos un precio? ¿Estamos dispuestos a lo que sea a cambio de dinero? Lamentablemente, 13 Pecados termina quedándose corta del potencial que ofrecía dicho punto de partida.
Para empezar, 13 Pecados me pareció bastante inverosímil. ¿Quién ofrece realmente esas trece pruebas? ¿Cómo hacen para espiar y seleccionar a la gente que terminará participando en ellas? Lamentablemente, nunca encontramos una respuesta satisfactoria a esas preguntas, lo cual le resta credibilidad a la experiencia. Adicionalmente, me decepcionó que al protagonista le resulte tan fácil realizar los desafíos que le propone la voz detrás del teléfono; en ese sentido, 13 Pecados me pareció contada a las apuradas, sin un auténtico desarrollo de la trama.
Como suele pasar en las películas de este tipo, 13 Pecados busca sorprender al espectador no con uno, sino con tres giros cerca del final. El primero me pareció totalmente predecible; pretende ser demoledor, cuando, en realidad, yo ya lo había visto venir de mucho antes. El segundo funciona un poco mejor, aunque no resulta muy impactante. Finalmente, el tercero me pareció inútil, hasta eventualmente llegar a un final que no satisface mucho porque deja demasiadas cosas en el aire.
De todas maneras, no todo es malo. La actuación de Mark Webber en el rol principal me pareció competente, creando un personaje creíble que crea empatía con el espectador. Por su parte, también aprecié las dosis de humor negro, lo cual evita la solemnidad y complementa la atmósfera de un juego retorcido. Creo que esos factores rescatan a 13 Pecados hasta cierto punto, y la hacen merecedora de una leve recomendación. En resumen, no aburre y se deja ver, pero queda la amarga sensación de que podría haber llegado mucho más lejos.
Beaufort (2007)
Reseña: Ambientada en los últimos días de la ocupación israelí en el Líbano, Beaufort es una película bélica encarada de manera más intimista y menos espectacular a lo que estamos acostumbrados a encontrar en este género. Dejando de lado épicas secuencias de batalla (aunque hay una secuencia de tensión concerniente a la desactivación de una bomba muy bien lograda), Beaufort está más interesada en crear una atmósfera de angustia y desesperanza, poniendo el eje en la terrible sensación de los soldados de saber que la muerte puede llegar en cualquier momento y de la manera menos pensada (en ciertos aspectos, Beaufort tiene puntos en común con la película Soldado Anónimo -Jarhead, 2005-).
El enfoque que tomó el director y guionista Joseph Cedar para Beaufort me pareció loable, aunque no carente de fallas. Para empezar, sentí que faltó desarrollo en los personajes. Los actores se sienten creíbles y orgánicos en sus roles, pero me costó crear auténtica empatía con los personajes, ya que hay tantos que sentí que no se termina conociendo a fondo a ninguno. Adicionalmente, Beaufort se extiende más de la cuenta en su parte media, con algunos momentos que terminan aburriendo un poco por sentirse repetitivos.
Aún así, hay mucho para apreciar en Beaufort. De manera inmediata, Cedar logra sumergir a la audiencia en la atmósfera de los búnkeres donde se encuentran los soldados, transmitiendo eficientemente la claustrofobia y tensión que se vive allí. Como dije en el primer párrafo, Beaufort es una cinta modesta, que escapa a la espectacularidad que solemos encontrar en el cine bélico; pero eso no evita que la película tenga una atmósfera de guerra creíble e inmersiva. Cedar también demuestra buena mano para crear momentos sutiles pero emotivos, que logran transmitir mucho con poco. Personalmente, creo que esas virtudes logran ser un buen contrapeso de las quejas que tengo contra esta cinta.
En conclusión, Beaufort es una película bélica distinta, lo cual puede ser bueno o malo según los gustos de cada espectador. Yo aprecié su visión íntima y sobria de la guerra, pero entiendo que algunos espectadores queden decepcionados por el bajo perfil de la película y su escasez de escenas impactantes. Entonces, mi experiencia fue positiva en líneas generales, pero sé que Beaufort no será para todos los gustos, así que la recomiendo con esa reserva.
viernes, 18 de enero de 2019
Vital (2004)
Reseña: Tenía interés en ver Vital. Su concepto de un joven que quedó amnésico en un accidente, y empieza a recordar a su novia muerta cuando casualmente le toca diseccionarla como parte de sus estudios de medicina, me parecía provocativo y lleno de potencial. No obstante, Vital me terminó decepcionando porque no llega a ninguna parte con ese concepto; simplemente da vueltas y vueltas sobre lo mismo sin nunca cristalizarse en algo concreto. El estilo visual del director Shin'ya Tsukamoto es indudablemente atractivo, pero, lamentablemente, no deja de ser otro caso de "más estilo que sustancia".
Además de tener una trama divagante que nunca logra encontrar el foco, Vital carece de personajes interesantes. El protagonista es como una hoja en blanco, y está escrito de manera tan superficial que ni el sólido actor Tadanobu Asano logra hacer mucho con él. El resto de los personajes tienen rasgos bizarros, pero tampoco logran que el espectador logre compenetrarse emocionalmente con ellos. Entonces, en pocas palabras, Vital termina siendo una experiencia fría y distante que nunca logra una auténtica conexión emocional con la audiencia.
Como mencioné anteriormente, lo único que me llamó la atención de Vital fue el despliegue visual de Tsukamoto, quien demuestra un sólido dominio con la cámara, así como también una interesante manera de trabajar los colores y las atmósferas. Lástima que esas muestras de estilo se sientan huecas y vacías, ya que no tienen suficiente respaldo narrativo ni emocional, dejándonos con una mera sucesión de imágenes atractivas que funcionarían mejor como fondo en un museo de arte que otra cosa.
En conclusión, Vital me pareció una película aburrida y gélida, que se me hizo eterna a pesar de su corta duración (la cual ni siquiera alcanza los noventa minutos con títulos incluidos). El estilo está bien logrado, pero, al no haber suficiente sustancia, la experiencia se torna tediosa, por lo que no puedo recomendarla. Es una lástima que eso haya ocurrido, porque la premisa básica de la cinta daba para mucho más.
jueves, 17 de enero de 2019
Suspiria (2018)
Reseña: Ante todo, debo confesar que, hasta el momento, no he visto el clásico de culto Suspiria (1977). Por ello, empecé a ver su nueva versión con expectativas neutras, y sin saber exactamente con qué me iba a esperar. El resultado final fue irregular, aunque no puede negarse que Suspiria contiene suficientes momentos podersos que quedarán en mi memoria durante largo tiempo, y tan solo por eso, creo que vale la pena darle un oportunidad.
Suspiria está ambientada en el año 1977, y retrata a Susie, una bailarina estadounidense que llega a Berlín para incorporarse a una academia de danza que guarda algunos macabros secretos. La cinta empieza de manera intrigante y atmósferica, además de estar respaldada por la excelente música de Thom Yorke y la atractiva cinematografía de Sayombhu Mukdeeprom. Sin embargo, Suspiria tiende a divagar más de lo necesario en la parte media, cansando un poco ocasionalmente y extendiendo innecesariamente la duración hasta las dos horas y media. Afortunadamente, eso se compensa cerca del final, cuando llegamos a una extensa secuencia tan delirante como grotescamente hipnótica, además de un epílogo que cierra la experiencia de manera críptica y hasta tenebrosa.
El director Luca Guadagnino hizo en Suspiria una película tan diametralmente opuesta a su cinta previa, Llámame por tu Nombre (Call Me by Your Name, 2017), que cuesta creer que ambas sean del mismo cineasta. Como sea, demuestra un buen manejo de los climas y del lenguaje visual en Suspiria, además de orquestar bizarros y únicos momentos que realmente no recuerdo haber visto en ninguna otra película. En lo único que Guadagnino trastabilló un poco fue en la edición, ya que creo que se podrían haber recortado varios momentos de la parte media que restan energía a la experiencia general, y, en el peor de los casos, incluso terminan aburriendo un poco.
En cuanto al elenco, tengo opiniones encontradas. Francamente, Dakota Johnson me pareció bastante floja en el papel de Susie. Al igual que me ocurrió en la reciente Bad Times at the El Royale (2018), el desempeño de Johnson me pareció insulso y carente de carisma, por lo que creo que cargar con un rol protagónico le queda demasiado grande. De hecho, me gustó mucho más el trabajo de Mia Goth como una compañera de Susie en la compañía de danza, demostrando mucha más credibilidad y presencia escénica. Por su parte, el desempeño de Tilda Swinton es perfecto, como ya nos tiene acostumbrados, logrando transmitir un aura escalofriante tan solo con su mirada.
En conclusión, Suspiria dista de ser perfecta, pero sus virtudes son lo suficientemente sólidas para hacerla merecedora de una recomendación para quienes busquen una película de terror concebida de manera mucho más artística y refinada de lo que estamos acostumbrados a encontrar en este género. La recomiendo con la advertencia de que no será para todos los gustos, y de que habrá que sobrellevar algunos momentos cansados para obtener valiosas recompensas que hacen que la balanza general termine cayendo del lado positivo.
Mid90s (2018)
Reseña: Mid90s es el debut como director y guionista del popular actor Jonah Hill, y aunque demuestra energía detrás de cámaras, le faltan pulir algunos aspectos para sus futuros proyectos. Para empezar, el aspecto visual se siente un poco "rústico", y algunas escenas no "pegan" correctamente en la experiencia general. Sin embargo, lo más importante que tiene que pulir es que tiende a abordar muy por arriba los momentos más interesantes del relato, y a dedicarles demasiado tiempo a cosas que no lo ameritan, porque son repetitivas o porque no logran añadir nada sustancioso a la película.
Mid90s retrata a un joven pre-adolescente allá por medidados de los '90 (como el título mismo ya nos anticipa), con una vida bastante gris, conviviendo con una madre soltera y un hermano mayor que constantemente lo maltrata y lo golpea. Entonces, termina encontrando una especie de alivio cuando conoce a un grupo de "skaters" con quienes termina haciéndose amigo. Lo más interesante de la cinta es cuando se enfoca en la dinámica familiar del protagonista, y en cómo funciona la interacción con su madre y su hermano. Lástima que Hill descuide demasiado esos aspectos, para mostrar una y otra vez al protagonista practicando "skate" o realizando cosas sin importancia con sus nuevos amigos.
Las actuaciones de Mid90s me parecieron muy buenas, empezando por Sunny Suljic en el rol protagónico, demostrando convicción y el carisma suficiente para atraer la atención del espectador. También me gustó el desempeño de los intérpretes que encarnan a los nuevos amigos del protagonista; Olan Prenatt, Gio Galicia, Na-kel Smith y Ryder McLaughlin eran completos desconocidos para mí, y por ello fue una sorpresa encontrarme con actores tan naturales y espontáneos en sus papeles. Finalmente, también quiero hacer mención del sólido desempeño de Lucas Hedges y Katherine Waterston (los actores más conocidos del elenco) como el hermano y la madre (respectivamente) del personaje principal.
En conclusión, Mid90s es un decente primer esfuerzo de un director novato, aunque aún tiene mucho por pulir y trabajar para sus próximas películas. Aún así, amerita darle una mediana recomendación, por sentirse como una experiencia auténtica y libre de artificio, respaldada por buenas actuaciones y aspectos que resultan interesantes a pesar de no haber sido tan explorados como hubieran merecido. Además, hay que darle crédito a Hill por haber iniciado su carrera como cineasta con una película tan "anti-Hollywood" como esta.
Wildlife (2018)
Reseña: A grandes rasgos, Wildlife cuenta un tipo de historia que ya se ha visto en varias ocasiones: durante la década del '60, un matrimonio de clase trabajadora con un hijo se ve en problemas cuando él pierde su empleo, y tienen que ir buscando la manera de sobrevivir en el día a día, al mismo tiempo que presenciamos el "coming of age" del hijo. Sin embargo, lo que distingue a Wildlife es el buen ojo para los detalles que demuestra el director Paul Dano (prolífico actor que realiza su debut como cineasta en esta cinta), dejando que las pequeñas cosas digan mucho sobre los personajes y las cosas que experimentan. El resultado final es una película sencilla y sin grandes pretensiones, pero interesante y emotiva.
Dano demuestra sutileza y bajo perfil como director. Incluso la reconstrucción de época, la cual está muy bien lograda, nunca busca llamar la atención por sí misma, sino acoplarse naturalmente al relato. Por su parte, los personajes están escritos de manera humana y multi-dimensional, lo cual permite que la audiencia se identifique con ellos y comparta lo que les pasa de manera más íntima. Finalmente, la cinematografía de Diego García demuestra un buen manejo de la paleta de colores, dotando de personalidad y un sabor distintivo a todos los lugares donde transcurre el relato.
Los actores también tienen un desempeño muy bueno, adaptándose perfectamente a la sobriedad de la cinta. Ed Oxenbould es una revelación como el hijo del matrimonio, demostrando amplia expresividad y transmitiendo el genuino amor que siente por sus padres a pesar de los errores de ambos. Jake Gyllenhaal y Carey Mulligan también destacan, componiendo personajes complejos y brindándoles sinceridad; además, ambos saben generar muy bien la dinámica entre sus personajes, por lo que resulta muy fácil aceptarlos como un genuino matrimonio con constante tensión y fricciones entre ellos.
En conclusión, Wildlife me gustó bastante, y revela abundante potencial en Dano en su nueva faceta de director, demostrando una madurez y una visión que no suelen ser frecuentes en un debut. Entiendo que el pausado ritmo de Wildlife y su carencia de momentos lacrimosos o manipuladores (como quizás encontraríamos en dramas encarados de manera más "hollywoodense") podrían dejar afuera a algunos espectadores, pero yo justamente la aprecié por tomar un camino más sutil, y por ello más rico y emocionalmente satisfactorio.
El Hombre más Buscado (A Most Wanted Man, 2014)
Reseña: Tardé mucho en ver El Hombre más Buscado porque representó la última actuación de Philip Seymour Hoffman, uno de mis actores favoritos, antes de su trágico fallecimiento, y me parecía triste la idea de saber que esta cinta era su despedida definitiva (de hecho, se estrenó comercialmente de manera póstuma). Pero, bueno... finalmente la vi, y Hoffman ciertamente se despidió a lo grande, brindando una de sus características actuaciones tan detalladas como creíbles, componiendo genuinamente a su personaje, y, al mismo tiempo, brindándole total espontaneidad.
El Hombre más Buscado es un relato de espías sobrio y realista, siendo la total antítesis de los espectáculos de sagas como Misión Imposible o Jason Bourne. Esto significa que la película está fundamentada en investigación y diálogos en lugar de explosiones y persecuciones. Personalmente, creo que la cinta funciona generalmente bien, presentándonos un relato interesante con ricas connotaciones sociales y políticas, a pesar de algunas convenientes coincidencias que desentonan un poco con la naturalidad general de la experiencia. En la parte media, la película se torna algo redundante, pero luego se recupera en el tercer acto, cuando alcanza la mayor cantidad de tensión hasta culminar en un final tan contundente como inesperado.
Las actuaciones son indudablemente un punto fuerte de El Hombre más Buscado. Como mencioné en el primer párrafo, Hoffman hace un trabajo impecable, y el resto del elenco es también merecedor de mención, empezando por Rachel McAdams y Willem Dafoe. También me gustó el desempeño del actor ruso Grigoriy Dobrygin como el epónimo "hombre más buscado", un inmigrante checheno que llega a Hamburgo, y podría o no estar vinculado al terrorismo; el trabajo de este actor es sutil y muy expresivo.
En resumen, El Hombre más Buscado es una sólida cinta de espionaje, que sin llegar a ser algo excepcional, logra mantener la atención con su bajo perfil y bien escrita historia. La recomiendo advirtiendo nuevamente que no es una cinta de acción, sino una película que expone cruda y realistícamente el mundo del espionaje. Adicionalmente, funciona como la última ocasión de poder apreciar el enorme talento de un gran actor, dejando el amargo sabor de que no podremos seguir disfrutando sus actuaciones.
Ain't Them Bodies Saints (2013)
Reseña: La historia que cuenta Ain't Them Bodies Saints es bastante "clásica": una pareja de delicuentes se enfrenta a la policía; el cae preso, y cuatro años después, escapa de prisión para reencontrarse con su novia y conocer a la hija que nunca pudo ver. Sin embargo, el director David Lowery eligió una manera bastante poética y hasta artística de traducir ese relato en imágenes. En otras palabras, Ain't Them Bodies Saints es algo así como una fusión de cine de género y "cine arte"... lo cual funciona bien en algunos aspectos, pero no tanto en otros.
Por el lado positivo, es fácil de apreciar el lenguaje cinematográfico empleado por Lowery en Ain't Them Bodies Saints. Su refinada dirección hace que todas las escenas ofrezcan algo atractivo para la vista, lo cual se ve perfectamente complementado por la perfecta cinematografía de Bradford Young, quien logra sacar el máximo provecho a las vastas locaciones rurales de Texas. En resumen, es indudable que Ain't Them Bodies Saints fue concebida con una genuina visión artística, lo cual se aprecia doblemente cuando uno está tan acostumbrado a ver películas genéricas y carentes de personalidad.
Por el lado negativo, aunque aprecié el estilo poético de Lowery, lamento decir que quizás eso no haya sido exactamente lo que necesitaba Ain't Them Bodies Saints. Francamente, siento que esa decisión le restó emoción a todo el aspecto "de género" de la cinta, haciéndola funcionar bien como drama, pero flaqueando como thriller. Entonces, algunos momentos de la cinta me terminaron pareciendo un poco cansados, ya que no sentía la tensión ni la expectativa que esas escenas deberían haber generado.
En cuanto al elenco, Ain't Them Bodies Saints se beneficia mucho con la presencia de tres excelentes actores en los personajes principales. Casey Affleck (como el fugitivo), Rooney Mara (como la novia con la cual el delincuente quiere reencontrarse) y Ben Foster (como el policía que terminó desarrollando un vínculo afectivo con ella) no necesitan palabras para expresar el tormento interno de sus roles, y tan solo con sus expresiones y sus miradas transmiten todo lo que necesitamos saber sobre sus personajes.
En conclusión, Ain't Them Bodies Saints me pareció sólida en varios aspectos, pero, a fin de cuentas, no del todo satisfactoria por no despertar la emoción que debería haber generado. Creo que esta cinta necesitaba un estilo menos poético y más escapista, aunque sin por ello dejar de lado la potente visión de Lowery como cineasta. Una muestra de que un estilo puede funcionar por sí solo, aunque no siempre es el adecuado para el tipo de película que se quiere realizar.
jueves, 10 de enero de 2019
Leaves of Grass (2009)
Reseña: Leaves of Grass no recibió críticas muy favorables en general, pero, aún así, tenía interés en verla, ya que me atraía la combinación del director Tim Blake Nelson (responsable de The Grey Zone -2001-, una de mis películas favoritas) y la presencia de Edward Norton (uno de mis actores favoritos) como protagonista interpretando a dos hermanos gemelos. El resultado final me pareció irregular, pero con suficientes virtudes para sostener el interés del espectador a lo largo de su duración.
Leaves of Grass empieza bien, introduciéndonos eficientemente a uno de los personajes principales, un profesor de filosofía con una vida estable y respetada, hasta que, por un motivo que conviene no adelantar, debe viajar a su pueblo natal, donde se reencuentra con su hermano gemelo, quien se dedica a cultivar marihuana y sigue un estilo de vida que podría considerarse como "hippie". Durante esa introducción, la película logra ser simpática y graciosa, pero eventualmente se empantana un poco, empezando a divagar y perderse en tangentes irrelevantes (como esa inútil sub-trama romántica entre el profesor y una poeta del pueblo).
Afortunadamente, luego de ese estancamiento que estaba empezando a aburrirme un poco, Leaves of Grass logró súbitamente recuperar mi interés con un repentino giro que ubica la trama en un contexto mucho más serio y hasta violento, deparando algunas sorpresas narrativas hasta culminar en un final satisfactorio. Ahí fue cuando me di cuenta de la ambición de Nelson en su faceta como guionista, escapando el fácil encasillamiento en un género determinado para ofrecer algo impredecible y distinto.
Por su parte, las actuaciones son excelentes. Como no podía ser de otra manera, Norton hace un trabajo impecable en ambos roles, logrando dotar de genuina vida y personalidad a cada uno de ellos. Norton es uno de esos actores que saben encontrar el balance entre composición histriónica y sinceras emociones, y Leaves of Grass no fue la excepción. El resto del elenco está compuesto por varios sólidos intérpretes (como Susan Sarandon, Richard Dreyfuss, Josh Pais y el mismo Nelson) que brindan buenos trabajos y logran dejar su impronta, independientemente del tiempo que estén en escena.
En conclusión, a pesar de algunos ajustes que se podrían haber hecho al guion y a la edición, la balanza final de Leaves of Grass cae del lado positivo, y amerita ser recomendada para espectadores que busquen algo con un sabor diferente a lo usual. Además, en mi caso personal, me dio ganas de seguir hurgando en la filmografía de Nelson como director, ya que, habiendo visto dos películas de él, me queda claro que se trata de un cineasta ecléctico que gusta afrontar proyectos muy distintos entre sí y adaptar su visión a ellos.
martes, 8 de enero de 2019
I Am Not a Witch (2017)
Reseña: Al igual que otras películas africanas que he visto (como Mooladé -2004- o Timbuktu -2014-), I Am Not a Witch no está tan interesada en contar una historia concreta, sino en retratar viñetas que ilustran sobre las devastadoras y dolorosamente reales experiencias que experimentan a diario los habitantes de la mayoría de los países de ese contiente. En el caso particular de I Am Not a Witch, eso da como resultado una película intensa y con un mensaje contundente, aunque ocasionalmente cansada.
I Am Not a Witch transcurre en Zambia, en donde Shula, una niña de nueve años, es acusada de ser una bruja, y llevada a un campamento donde básicamente es obligada a realizar trabajo esclavo y a funcionar como una "atracción" para los turistas. El modo mediante el cual la directora y guionista Rungano Nyoni ilustra esa situación es inteligente, ya que nada está expuesto de manera explícita; por el contrario, Nyoni permite que las acciones de los personajes hablen por sí solas, y de esa manera, el espectador logra deducir el mensaje de la cinta.
Por el lado negativo, tengo que admitir que I Am Not a Witch contiene algunos momentos que me aburrieron un poco. La ausencia de un eje narrativo concreto da lugar a algunas escenas que tienden a divagar y perder el foco, resultando innecesarias y no aportando nada sustancioso a la experiencia. Afortunadamente, hay abundantes virtudes para contrarrestar esa objeción en buena medida, desde la sutil pero fuerte crítica hacia la explotación y sufrimiento que padecen muchas personas en África hasta la seguridad y distintiva visión demostrada por Nyoni en su faceta como directora, sin olvidar un final que alcanza un elevado nivel de potencia emocional.
En conclusión, I Am Not a Witch no es una película que pretenda entretener, sino ilustrar al espectador sobre la cruel realidad que muchas personas africanas experimentan en su día a día. Como tal, creo que la cinta sale airosa en dicho objetivo, ya que, a pesar de algunas fallas, logra ofrecer una experiencia provocativa y profunda, sin jamás regodearse en la miseria ni el sufrimiento. Entonces, la considero merecedora de una recomendación, advirtiendo que no es una película pasatista ni mucho menos, sino una dura y deprimente.
Support the Girls (2018)
Reseña: Mis disculpas si esta reseña queda demasiado corta, pero realmente no tengo mucho para decir sobre Support the Girls. Me pareció una experiencia tediosa, con personajes antipáticos y momentos de supuesto humor que solo logran irritar. Sé que esta cinta ha estado recibiendo bastante aclamación, pero, lamentablemente, mi opinión es completamente opuesta a lo que la mayoría pensó de esta cinta.
Support the Girls se enfoca en los obstáculos que debe sortear la encargada de un restaurante de comidas rápidas atendido por chicas vestidas con ropa reveladora (un lugar similar en la vida real sería Hooters). Me costó compenetrarme con los personajes porque, francamente, me costó sentir la más mínima empatía por nadie, por lo que no podía interesarme menos lo que les ocurría. Los personajes me parecieron superficiales y odiosos, y la dirección de Andrew Bujalski no demuestra mucha personalidad ni visión detrás de las cámaras.
Entonces, Support the Girls fue una pérdida de tiempo en mi caso personal. Es básicamente una comedia dramática que no es graciosa ni posee contenido emocional profundo o interesante. Lo único que puedo mencionar como algo medianamente positivo es que Support the Girls ofrece la oportunidad de ver a varias atractivas actrices casi siempre semi-desnudas, pero esa no es razón suficiente para invertir tiempo en ver este bodrio.
domingo, 6 de enero de 2019
Sin Dejar Huellas (Fleuve Noir, 2018)
Reseña: "Un detective investiga la desaparición de un adolescente". Sin Dejar Huellas parte de esa premisa, la cual suena bastante genérica. Sin embargo, sin ser una experiencia muy original ni memorable, la película es entretenida a pesar de sus deficiencias, construyendo eficientemente un misterio que parece encaminado hacia un lado para luego de virar hacia otro, además de contar con dos buenos actores en los personajes principales.
Por el lado negativo, los personajes están escritos de manera demasiado subrayada. El detective tiene problemas con el alcohol, y el guion recalca una y otra vez dicho aspecto de su personalidad, así como también su tendencia a comportarse de manera algo desagradable. Por su parte, el profesor particular del joven desaparecido (quien es el otro personaje principal) está escrito de manera tal que se nos recuerda constantemente lo excéntrico y extraño que es. Afortunadamente, esas quejas que tengo contra la manera en la cual estuvieron dichos personajes escritos se ven compensadas en buena medida por las sólidas actuaciones de Vincent Cassel y Romain Duris.
El director Erick Zonca mantiene un buen ritmo en Sin Dejar Huellas de principio a fin, aunque su trabajo se siente un poco impersonal y plano en el aspecto visual. Adicionalmente, la sub-trama en la cual vemos los problemas que tiene el hijo del detective con la venta de marihuana se podría haber obviado por completo, ya que no aporta nada sustancioso a la narrativa. Y, ya que me estoy quejando, también diré que la actuación de Sandrine Kiberlain en el rol de la madre del joven desaparecido me pareció demasiado afectada.
A pesar de tantas quejas, Sin Dejar Huellas logró mantener el interés, además de arrojar algunos giros inesperados en su último tramo que realmente no vi venir. Como dije en el primer párrafo, no es una película particularmente memorable, pero puedo darle una mediana recomendación para quienes busquen un decente thriller que logra entretener sin grandes pretensiones.
Animals (Tiere, 2017)
Reseña: Animals es una de esas películas que no siguen una lógica convencional, ofreciendo una experiencia onírica en la que lo que vemos puede ser un sueño dentro de otro sueño, o una realidad afectada por una sucesión de "loops" o simplemente una experiencia a la cual no conviene buscarle una explicación racional para simplemente dejarse llevar por el delirio que propone la cinta. Generalmente suelen gustarme ese tipo de películas, pero Animals no me terminó de convencer; tiene momentos interesantes y bien logrados, pero, en otras instancias, me pareció estar simplemente viendo una película sin pies ni cabeza que buscaba disfrazar incoherencia de profundidad.
A grandes rasgos, la narrativa de Animals se divide en dos partes: por un lado, vemos a un matrimonio que se va de vacaciones a Suiza y experimenta cosas cada vez más extrañas luego de atropellar a un oveja; y por el otro lado, vemos a la mujer encargada de cuidar el departamento de dicho matrimonio en Austria hasta que ellos vuelvan de las vacaciones. Sin embargo, se le dedica mucho más tiempo a la primera de esas líneas narrativas, aunque yo encontré más provocativa la segunda; ahí es cuando el director Greg Zglinski logra crear mejor una atmósfera pesadillesca, además de ofrecer tangentes misteriosas e inquietantes.
Lamentablemente, todas las partes dedicadas al matrimonio me parecieron poco interesantes y ocasionalmente tediosas, con varias instancias de absurdismo que no funcionaron para mí, además de enredarse cada vez más en tangentes que pretenden ser profundas, pero que terminan siendo arbitrarias. Como dije anteriormente, he apreciado muchas películas que escapan a una lógica tradicional; pero, en este caso, no sentí que Zglinski se jugara de lleno por el surrealismo, intentando dar vueltas narrativas que intentan sorprender cuando solo logran causar indiferencia.
Entonces, Animals tiene algunas cosas que funcionan, pero muchas que no, por lo que la experiencia completa no logró dejarme satisfecho en mi caso. Esta es otra de tantas cintas en las cuales la influencia de David Lynch es evidente, aunque sin genuinamente captar lo que hace que las películas de dicho cineasta sean hipnóticas: encontrar significado y profundidad en algo que parece superficialmente ilógico.
No Date, No Signature (Bedoune Tarikh, Bedoune Emza, 2018)
Reseña: No Date, No Signature es una película iraní que muestra una clara influencia del cine de Asghar Farhadi, el director de esa nacionalidad más popular actualmente. Como suele suceder en las películas de ese cineasta, vemos cómo un evento que inicialmente parecía irrelevante termina teniendo consecuencias graves e inesperadas, así como también personajes que primero callan cosas, para luego decirlas y crear tensión con quienes están a su alrededor. El resultado final es una película interesante, aunque su final termina dejando un sabor algo amargo.
El desencadenante de la trama de No Date, No Signature es un choque que se produce entre un auto manejado por un médico forense y una moto en la cual viajan un matrimonio junto a sus dos hijos. Inicialmente, parece un accidente menor, en el cual nadie sale herido, y ambas partes del mismo continúan rápidamente con su vida. Sin embargo, al día siguiente, llega a la morgue donde trabaja el mencionado médico el cuerpo del pequeño hijo del matrimonio que estaba en la motocicleta; la causa de muerte es decretada como botulismo, pero el médico no la traga tan fácilmente, y empieza a sentir la culpa de que él pudo haber sido quien causó la muerte del pequeño. Mientras tanto, vemos cómo la vida de los padres del fallecido se va desmoronando gradualmente. Como podrán darse cuenta, es una trama que parece sencilla en su forma, pero que ofrece provocativas disyuntivas morales para sus personajes, así como también algunas tangentes inesperadas que logran tomar al espectador por sorpresa.
La trama de No Date, No Signature está bien planteada y estructurada, con un sólido entramado de causas y consecuencias, mientras que las actuaciones son naturales y totalmente creíbles. Sin embargo, todos los atributos de la cinta se ven opacados por el abrupto final, el cual termina sintiéndose como una súbita interrupción, dejando cosas en el aire y haciendo que la experiencia completa se sienta truncada e inconclusa. Francamente, dicho final me pareció una decisión muy extraña, la cual termina demeritando las numerosas virtudes de la película.
En conclusión, No Date, No Signature me estaba pareciendo una película bastante buena hasta la llegada de ese flojo final, el cual hace que la experiencia completa no resulte del todo satisfactoria. Como dije, eso es una lástima, porque termina opacando todas las cosas que la cinta había hecho bien hasta antes de llegar a ese momento. No obstante, hay suficientes cosas buenas para hacerla merecedora de una recomendación, aunque, al final, uno termine quedando con ganas de más.
The Dark (2018)
Reseña: Antes de ver The Dark, sabía muy a grandes rasgos su trama, la cual sonaba prácticamente idéntica a la genial película sueca Criatura de la Noche (Låt den Rätte Komma In, 2008): un adolescente con una vida conflictiva entabla una amistad con una chica zombie (con la diferencia de que, en Criatura de la Noche, se trataba de una vampiresa). Sin embargo, cuando finalmente vi The Dark, me dí cuenta de que, en realidad se trata de una película muy diferente a aquella (más allá de alguna que otra pequeña similutud), ofreciendo una personalidad propia y distintiva a un fascinante relato que escapa el fácil encasillamiento en un solo género para finalmente terminar siendo una experiencia única y muy recomendable.
The Dark logra hipnotizar al espectador desde su primer segundo. Sin previa explicación, el director y guionista Justin P. Lange mete al espectador en la película de manera directa y contundente, brindando una primera media hora tan intensa como impredecible. Luego de ese vertigonoso arranque, Lange adopta un ritmo más relajado, permitiendo que nos compenetremos gradualmente con la situación de los personajes principales y haciéndonos compartir fuertemente las angustias que viven adentro suyo. Esto significa que The Dark no es una película de terror tradicional; indudablemente tiene muchos elementos característicos de ese género muy bien implementados (excelente "gore", tensión, atmósfera tenebrosa), pero también posee un desgarrador contenido emocional que hace que la cinta también funcione muy bien como un drama emotivo sobre dos almas rotas que encuentren la manera de ir sanando sus heridas internas gracias a su interacción.
Esta es la ópera prima de Lange, quien muestra inusitada madurez y visión para un debut. Para empezar, su manejo de los climas y de la atmósfera es virtuoso; no es común encontrar una cinta de terror que sepa crear atmósferas tan precisas y envolventes de desolación y oscuridad. Adicionalmente, Lange también confía lo suficiente en la inteligencia del espectador como para no detenerse a explicar cada detalle; por el contrario, deja que los hechos hablen por sí solos, mientras que otras cosas no son necesarias de explicarse explícitamente porque quedan perfectamente claras con lo que tácitamente implican (también encontramos algunos "flashbacks" muy bien implementados).
Las actuaciones de Nadia Alexander y Toby Nichols en los papeles protagónicos son asombrosas. Además de transmitir naturalmente los traumas emocionales de sus personajes, tienen tan buena química que es fácil de apreciar la evolución de la amistad entre sus personajes. También aparecen otros actores en The Dark, pero prefiero no revelar nada sobre ellos, porque creo que sería "spoiler" (por cierto, esta es otra de esas películas sobre las cuales conviene saber lo menos posible antes de verlas).
En conclusión, The Dark es una película muy satisfactoria, funcionando igualmente bien como drama y como terror. Es una experiencia que logró generar abundantes sensaciones en mí, desde mantenerme en vilo hasta conmoverme con las mejores armas y sin jamás apelar a la manipulación ni al golpe bajo. Personalmente, la recomiendo con entusiasmo, porque esta cinta merece un público más amplio del que tuvo hasta el momento; sería una lástima que una película tan buena como esta pase desapercibida mientras se aclaman tantas mediocridades.
miércoles, 2 de enero de 2019
The Old Man & the Gun (2018)
Reseña: The Old Man & the Gun es la biografía del ladrón de bancos Forrest Tucker, quiense dedicó a robar durante prácticamente toda su vida, hasta su edad anciana. Sin embargo, The Old Man & the Gun está muy lejos de ser una típica película sobre robos; por el contrario, la cinta es una reposada y melancólica experiencia con un personaje central entrañable (a pesar de su vida delictiva), lo que da como resultado final una película agradable y simpática, pero poco memorable.
A menos que decida cambiar de planes, esta es la última película en la que actuó Robert Redford, y ciertamente se despidió a lo grande, ya que su magnética presencia, desbordante carisma y talento actoral son la principal razón para ver The Old Man & the Gun. Incluso con su avanzada edad, Redford no ha perdido su cualidad de "estrella de cine", logrando capturar la atención del espectador con tan solo aparecer en escena. Adicionalmente, Redford se ve bien complementado por el elenco secundario, en donde encontramos a varios excelentes actores (Sissy Spacek, Casey Affleck, Danny Glover, Tom Waits y Elisabeth Moss) dejando su huella independientemente del tiempo que aparezcan en pantalla.
Luego de la radical y bizarra experiencia que ofreció su película previa (A Ghost Story -2017-), el director David Lowery emplea un estilo mucho más clásico y "normal" en The Old Man & the Gun, y salió airoso en semejante giro de timón, demostrando ser uno de esos cineastas versátiles que saben adaptarse a las necesidades de cada proyecto que abordan. Por su parte, el guion está bien escrito, aunque se apresura un poco cerca del final, abordando algunas cosas muy por arriba y sin darles suficiente desarrollo.
Siguiendo con mis quejas, debo reiterar que The Old Man & the Gun se disfruta escena por escena, aunque se olvida rápidamente al terminar. Es entretenida, pero a fin de cuentas, carece de ese indescriptible "algo" para hacerla impactante, o para generar un efecto emocional a largo plazo. De todas maneras, la cinta ofrece suficientes cosas positivas para darle una moderada recomendación, además de ser una buena oportunidad para apreciar por última vez (ojalá se retracte) el trabajo de una auténtica leyenda de Hollywood como Redford.
martes, 1 de enero de 2019
El Mercader de Venecia (The Merchant of Venice, 2004)
Reseña: A pesar de estar basada en la epónima obra teatral del legendario William Shakespeare, El Mercader de Venecia evita toda teatralidad gracias a la maravillosa cinematografía, el detallado diseño de producción y la fluida dirección de Michael Radford, quien mantiene un dinámico estilo visual y un sólido ritmo que mantienen la experiencia entretenida, evitando que jamás se vuelva estática o monótona (lo cual ha aquejado a otras adaptaciones cinematográficas de obras de teatro). El resultado final es una película interesante, aunque no exenta de algunas fallas.
A riesgo de sonar como hereje contra nada más ni nada menos que Shakespeare, diré que no tragué algunos elementos importantes del relato, sobre todo cerca del final. Claro, quizás eso no se deba a la obra original, sino a que posiblemente no se supo "traducir" algunos de sus aspectos correctamente a un guion cinematográfico; pero, como sea, algunas resoluciones se sienten convenientes o forzadas. Y eso resalta doblemente porque, en líneas generales, El Mercader de Venecia cuenta una sólida historia, con personajes complejos y multi-dimensionales, además de tocar temas (como la avaricia o la amistad) que siguen plenamente vigentes en la actualidad.
En el papel del usurero Shylock, Al Pacino ofrece una extraordinaria actuación, repleta de matices y expresividad. Aunque, en algunos aspectos Shylock podría considerarse el "villano" del relato, Pacino le brinda una sincera humanidad que lo convierten en una figura con múltiples capas e imposible de catalogar en una fácil etiqueta. Como Antonio, quien pide un préstamo a Shylock para ayudar a su amigo Bassanio (por no mencionar de otorgar una extraña garantía en caso de no cumplir con la devolución del préstamo), Jeremy Irons ofrece otro excepcional desempeño, tan sutil como creíble. Por su parte, Joseph Fiennes (como Bassanio) y Lynn Collins (como Portia, la dama cortejada por Bassanio) ofrecen trabajos decentes, aunque no pueden evitar verse un poco opacados por las tremendas actuaciones de Pacino e Irons.
Como dije anteriormente, los aspectos técnicos de El Mercader de Venecia son fenomenales. La cinematografía hace que todas las escenas sean un deleite para la vista, ofreciendo atractivos colores, sacando el máximo provecho de las locaciones y ofreciendo algunas imágenes que parecen auténticas postales. Finalmente, los vestuarios y el diseño de producción son tan puntillosos como eficientes, transportándonos inmediatamente a la época en la que transcurre la cinta.
En conclusión, El Mercader de Venecia tiene algunas cosas en su trama que no me terminaron de convencer, pero aún así, es una película entretenida con abundantes aspectos para apreciar, empezando por Pacino e Irons... tan solo por ellos, vale la pena ver esta película. Mi adaptación cinematográfica de Shakespeare favorita sigue siendo la demencial y exuberante Titus (1999), pero eso no impide que El Mercader de Venecia gane una merecida recomendación.
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